ꜰᴀᴋᴇ ᴀʟᴘʜᴀ ʙᴏʏꜰʀɪᴇɴᴅ [ᴠꜱᴏᴏ] {ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀꜱᴇ}

Capítulo 4

Una semana.

Ese era el tiempo con el contaba Jisoo para introducirle a su familia, su dichoso novio.

Claramente, no pensó bien antes de actuar y desesperadamente decir lo que fuera para impedir su compromiso con ese alfa que no era de su total agrado.

Ahora se encontraba en su oficina, revisando y perfeccionando una presentación para la mesa directiva de los resultados del fin de mes. Sin embargo, ni podía concentrarse por su preocupación de su mentira piadosa.

Necesitaba encontrar a alguien rápido que pudiera al menos fingir adecuadamente ser su pareja por alguna buena cantidad de dinero.

Pero, ¿quién?

Tu sabes quien.

No.

Sus pensamientos y discusión con su omega fueron interrumpidos cuando escuchó tres toques seguidos en su puerta.

— Adelante. 

En eso vio entrar a su amiga castaña, una alfa imponente con un aura fuerte y aroma a grosella, Min Jennie, quien desempeñaba el puesto de directora de Marketing de la empresa Jeon.

— Ya es hora de comida, ¿quieres ir a algún lado? — preguntó la de ojos gatunos.

La pelinegra dio un suspiro, asintió y cerró su laptop.

— Creo que salir a comer me vendría bien. 

Ambas se dirigieron a uno de sus restaurantes favoritos, y mientras esperaban por sus platillos y bebidas, Jennie no pudo dejar pasar la inquietud que desprendía Jisoo, quien mordía sus uñas observando un punto fijo.

— Estas preocupada por algo, ¿que ocurre? — habló la alfa, la contraria elevó su mirada y chasqueo la lengua.

— No me ocurre nada. — dijo con una sonrisa, intentando sonar despreocupada.

— Si bueno, dile eso a tus feromonas. — dijo riendo la castaña.

Jisoo dejó caer su cabeza en sus brazos apoyados en la mesa, mientras hacia un leve berrinche. La alfa rodó los ojos, su amiga era una dramática.

— Hice una estupidez. — dijo cuando subió su cabeza, poco le importo que se despeinara en el proceso. — Aunque fue culpa de mi familia, porque ellos actuaron impulsivamente al comprometerme con ese tal...

— A ver espera. — interrumpió Jennie. — ¿Cómo que te ibas a comprometer?

— Sabes como es mi familia, y al pensar que me quedaría soltera de por vida, su peor miedo. — dijo rodando los ojos. — Decidieron comprometerme con Jung Haein, obviamente sin mi consentimiento, lo cual les sirve también para formar un tipo de alianza entre las empresas.

— ¿Jung Haein? — repitió la castaña hasta hacer memoria. — ¿Jung como de los Jung, o sea nuestra competencia?

— Así es.