ꜰᴀᴋᴇ ᴀʟᴘʜᴀ ʙᴏʏꜰʀɪᴇɴᴅ [ᴠꜱᴏᴏ] {ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀꜱᴇ}

Capítulo 10

Al escuchar eso, Taehyung abrió sus ojos en demasía. No esperaba que las familias, una falsa por supuesto, se conocerían tan pronto.

— B-bueno, hay que... —fue interrumpido.

— ¡Ay no, ¿qué vamos a hacer?! —exclama frustrada, ganándose la atención de todos en el restaurante, además de que sus feromonas se estaban haciendo presentes.

— Linda... — de nuevo lo interrumpió la omega.

— Los padres de tus amigos ni siquiera nos conocen. — revolvió su cabello negro con frustración. — ¡¿Y si no aceptan?! — no esperó a que llegara una respuesta para seguir hablando sola. — ¡¿Y si todo sale mal?!

— Soo...

— ¡Estamos acabados! — seguía con su preocupación. — Sólo quedan tres días para el sábado y prometí ayudarle a Jennie en su evento el viernes, y...

— ¡Amor, tranquila! — exasperado la tomó por los hombros.

Jisoo en ese instante dejó de hablar y solo se enfoco en aquellos ojitos mieles que le transmitían paz y seguridad.

— No cundas en pánico, esto tiene solución. — habló el alfa calmado y seguro. — Sólo hay que actuar rápido.

La omega respiró profundo cerrando sus ojos, inhalando del aroma del alfa para tranquilizarse y habló despacio.

— De acuerdo, ¿cual es el plan?

— Veamos... — comenzó a pensar Taehyung. —Estamos a miércoles, por lo que tenemos que agendar una reunión con Baekhyun y su familia mañana para asegurar que nos podrán ayudar, para que el viernes no tengas inconvenientes en ir al evento de Jennie y el sábado estemos listos para la comida familiar.

Jisoo estaba asombrada por la agilidad y eficiencia del azabache al plantear ideas.

Aparte de guapo, nuestro alfa es muy inteligente

— ¿Qué te parece el plan?

— La verdad... Suena bien, n-nunca se me hubiera ocurrido. — habló calmada. —  Y-yo normalmente tiendo a estresarme muy fácil y ahogarme solita en un vaso de agua antes de pensar en alternativas. — dijo riendo contagiando al alfa.

— Para eso estoy yo mi vida, soy tu salvavidas. — le regaló una de sus sonrisas cuadradas.

Jisoo se sonrojó y sonrió de igual manera admirando aquel bello rostro masculino, mientras estaban en un cómodo silencio.

— Pase lo que pase. — el pelinegro tomó sus delicadas manos. — Lo resolveremos juntos, ¿de acuerdo?

— De acuerdo. 

Ninguno quiso soltar sus manos entrelazadas, y así se quedaron hasta terminar su cita en ese restaurante.

Sólo quedaba rogar a la diosa luna que mañana en la reunión los señores que se harían pasar por los padres de Taehyung aceptaran.