𝕭𝖑𝖆𝖈𝖐 𝕭𝖑𝖔𝖔𝖉 . (𝘣𝘭𝘢𝘤𝘬 𝘤𝘭𝘰𝘷𝘦𝘳)

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Los sirvientes iban y venían, apurados con sus quehaceres. Unos llevaban ollas calientes con comida, otros acomodaban las mesas y sillas. Y así, todos los sirvientes se mantenían ocupados.

La razón era comprensible, la señorita Vermilion organizó un encuentro entre su "amigo" y el hermano de su amigo. Además no había nadie en casa, era una buena oportunidad.

Todo estaba tomando forma. Si bien, solo iban a ir 3 personas, la señorita quería que fuera lo más lindo posible.

-Con yuno-

El chico recién llegaba a su reino natal. El frío aire lo golpeó y su nariz empezó a enrojecer. Su destino no estaba muy lejos, pero la densa nieve le impedía caminar con normalidad, o bien, en los suelos del trébol. Ignoró el hecho y se enfocó a lo que iba: Su hermano mayor.

Se encaminó al castillo sin mirar atrás, dando pisadas que se hundían en la nieve.

Eventualmente llegó al castillo y sus portones se abrieron de par en par. Una fila de soldados se encontraba tras esta y todos agacharon su cabeza al ver quién era.

-¡Bienvenido, yuno-sama!- Se arrodillaron los custodios de la puerta del castillo.

El chico los miro por unos segundos y después avanzó hacia la puerta sin responder. Antes de entrar al castillo miro de reojo a la fila izquierda de ellos y suspiró.

-¿Esta mi hermano zenon aquí?- Preguntó con frialdad.

-Se encuentra en su habitación.- Respondió uno de los soldados.

Yuno avanzo asintió y se adentró al castillo, dando la espalda a aquellos hombres. Caminando por las escaleras que conducían a la habitación de su hermano, se encontró con su hermana vanica de espaldas mirando por la ventana el reino.

Esta al oír sus pasos volteó y en cuanto lo vio saludó:

-¡Yuno-chan!- Alegre, y un poco enfermizo, su tono de voz natural sonó - ¿Que haces aquí? Normalmente llegas siempre de noche. ¡Haciendo quien sabe que!- esto último lo dijo más en broma. Lo cuál el chico trató con total indiferencia.

-¿Dónde está zenon?

-Ah... Son como los perros, siempre juntos...- aburrida - Ya sabes, está en su habitación, y si te interesas por Dante, está jugando un poco con un hombre lindo. De el otro bastardo no se nada, así que puedes irte, como siempre.

-No te pregunté por ellos dos.- Con eso se dirigió a su destino dejando sola a su hermana.

Ella río por lo bajo de manera satisfactoria.

-¿Quién diría... Que no eres normal...?- Susurró en un hilo de voz.

Con eso caminó alejándose y desapareciendo en las sombras de un largo pasillo.

Mientras, el pelinegro llegaba con su hermano. Sin tocar abrió la puerta y lo primero que encontró fue a zenon frente a la ventana como vanica y seguramente como él.

El chico se acercó a él y de inmediato su hermano hablo.

-¿No te parece que el reino es hermoso, comparado con sus reyes?- Cuestionó algo melancólico.

Esa pregunta era frecuente. Siempre que el podía, admiraba el paisaje, y siempre que yuno llegaba, le hacía la misma pregunta. Día tras día... Y probablemente, hasta que el día llegue.