Saharah tenia una rutina impuesta desde hacia un poco mas de cinco años, levantarse, limpiar su rostro, lavar su boca, cepillar su cabello, ponerse un vestido evitando el color azul y morado a toda costa a la vez que se ponia al corriente con sus estudios leyendo un libro desde su tocador mientras realizaba lo otro. Benela a menudo le reclamaba verla vestir indigna, sin embargo, era dificil aprovechar el poco tiempo en su itinerario a solo su imagen. Ariana en cambio tenia criadas a diestra y siniestra, podia facilmente tomar un te mientras la arreglaban con las mejores joyas y la vestian de la seda cara y fina para estar lista a un nuevo dia de juegos y aventuras junto a sus cinco amantes.
La princesa Verdi en cambio usaba aquel tiempo para informarse lo mejor posible sobre oportunidades para sus hermanos, gracias a su influencia con uno de los eruditos logro conseguirle un buen maestro de lengua y arte a Bavilo, así como también uno de historia a Kamal, lo más importante por ahora era su educación como príncipe no se viese afectada a los conflictos entre la emperatriz y su madre. Quiza la aristocracia no era su mayor carta pero tenia algo que Ariana quiza jamas tendria...
inteligencia
Era admirada mayormente por su edad joven y sus logros academicos, cosas que no eran muy publicas para no afectar la autoestima de su hermano menor, pero eso sirvio para tener gente competente que educase bien a los principes. Si bien quiza la fuerza bruta era el triunfo de Ariana, Bavilo entonces debía fortalecer su mente y acciones.
Aunque eso no implicaba dejar del todo el entrenamiento físico y mágico, también necesitaba a alguien confiable que estuviera a cargo de ellos.
—Señorita Saharah. –entro una criada sin tocar a su habitación, la castaña rodó los ojos harta de la situación, sin embargo, no era algo que tuviese el control. No podía pelear con cada criada que fuese grosera o no terminaría nunca.
La miro antes de contestar, aún poniéndose sus cómodas botas para irse al invernadero al lado del condominio de los Verdi, cerca de la habitación de su madre, tenía un plan elaborado que tenía ya pensado al pie de la letra. La sorpresa fue ver a más criadas entrar después de ella. —¿Qué hacen aquí todas? –no pudo evitar sentirse a la defensiva, no era algo normal. –Ellas murmuraron algo sobre ella siendo descortés y mala, nada diferente a lo habitual. Se acercaron haciéndola retroceder, entonces ella levantó la voz alarmada agarrándose de una lámpara cercana.— ¡Dije que qué hacen todas aquí! ¿Cómo se atreven a no responder mi pregunta?
—Yo les ordene que viniesen. —atras de las criadas se asomó una cabecilla blanca algodón, sus ojos azul celeste la examinaron con una vista indiferente. La emperatriz, rosa azul del imperio, Roserice estaba en su habitación.
Saharah se inclino a saludar a la emperatriz, de otra manera podría acusarla de faltar a su respeto como madre de la nación, cuando subió la cabeza a observarla vio en los ojos de las criadas satisfacción y burla al verla inclinarse ante la albina. Se tragó ese orgullo para si misma.—Saludo a la emperatriz, no esperaba verla en mis aposentos y con compañía, su majestad.
(Que es lo que hace aquí y porque trae a las criadas). La mujer leyó entre líneas.
—El Duque Crytear y usted, no eran nada amigos de pequeños cierto? –esto extraño a la chica.
—Sí, no había un sólo día en que no peleasemos. —¿Porque ahora se preguntaba por Marker? No tenía ni siquiera un día desde su regreso de aquella provincia.
La emperatriz entrecerró sus ojos— claro... En ese entonces solías ser la mascotita de mi Sol.
La morena apretó sus puños fuertemente, ahora ella ¿porque mencionaba a Ares?
La mujer viró sus ojos inspeccionando su habitación que llenaba de memorias su cabeza, recordaba a su pequeño sol sonriendo mientras cepillaba el pelo de aquella niña maldita, asesina, la cual ahora despreciaba tanto.
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-•Rosa roja. La Obsesión del Duque
FanfictionSaharah Verdi no buscaba estatus, reconocimiento ni amor, lo único que importaba para ella era poder ser libre de la enredadera de espinas que era su madre y así mismo salvar a sus hermanos de su tiranía. Ganar dinero, dejar a sus hermanos en buen e...