6 meses antes

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—Ya pueden salir.

Salgo corriendo a toda velocidad por los pasillos de la escuela, voy jadeando ya no puedo más. Pero no debo perder tiempo, ya se va.
Tengo que despedirme.

Llego a la acera y hago una corta parada para coger aire
—¡¿En serio otra vez?!
El bus se ha ido, lo que me faltaba, ¿Ahora como carajo voy a llegar?

Empiezo a hacer señas para conseguir un taxi mientras llamo por teléfono.
—¿Dónde carajo estás?...Vale, quédate justo ahí.

«¿Pero por qué no pasa ningún taxi ahora?»

Y bueno, como en todos los cuentos clichés, llega el príncipe azul al rescate.

«Aunque en este caso lo azul era el auto, porque el príncipe era una asquerosa rana. Y no, no esa que besas y se vuelve un joven apuesto, para nada. Mas bien era al revés»

— ¡Aaaaaaalex!— grito a todo pulmón parada en medio de la calle.
—¡¿Pero tu estás loca?!—da un frenazo y saca la cabeza por la ventanilla— ¡QUE PUDE HABERTE ARROLLADO!
—Ya quisieras—rodeo el auto y lo abordo—Venga arranca.
—Pero... ¿Qué haces?
—¡QUE ARRANQUES PESADO!
—¿Quién te a dado permiso para subirte?

Me giro hacia él y le planto mi mejor cara de advertencia

—Dije, que arranques
—Vale, vale— obedece— ¿Pero a donde quieres que te lleve?
—Al aeropuerto.
—¿Para qué?
— Tú... solo...cállate y apresúrate.
—¡Joder! Estás como una puta cabra.
—¡Apresúrate!
—Hija de mi vida. ¡¿QUE NO VES QUE HAY UN SEMÁFORO EN ROJO?!
—¡¿DÓNDE?!
—¡JUSTO AHÍ CIEGA— lo señala.
—A... es que no lo había visto.
—¡CLARO QUE NO PORQUE ERES UNA LOCA HISTÉRICA!
—¡NO ME GRITES!
—¡Yo no estoy gritando! ¡TÚ LO ESTÁS HACIENDO!
—¡PERO SI TU EMPEZASTE!—lo acuso
—¡MENTIRA!
—¡VERDAD!
—¡MENT...
—¡ARRANCA!
—¡QUE NO PUEDO!

Le aguanto la cara con una mano y se la giro en dirección al semáforo.

—¡QUE YA CAMBIÓ A VERDE DALTÓNICO!
—A vale.
— ¡Venga apúrate!
— ¡QUE YA VOY! ¡ME ESTÁS PONIENDO NERVIOSO!
—Ui perdona— me tapo la boca con ambas manos.

Bueno, seguro te estarás preguntando ¿Y a esta que le dio?

Pues, la cosa es que me llegó un mensaje de Lauren en medio del turno de física, diciendo que se iría de viaje con su familia en tres horas.

Así que exacto, yo tampoco entiendo nada, pero no se puede ir así como así. Quien sabe por cuanto tiempo va a ser, ¿Y si se va para siempre?

A, he de deciros, que ya le conté todo lo que había estado pasando con Alex. Más bien se lo contó Cristian y yo se lo confirmé. Pero bueno, la cosa es que ya está al día con mis asuntos.

—Bien, ya llegamos. ¿Me puedes decir ya que sucede?—pregunta el chico con intriga.
—A la vuelta te cuento—me bajo del auto—Tú espérame aquí.
—No me jodas.
—Porfaaaaa
— Vale— Alex resopla— pero no demores mucho.

Hecho a correr nuevamente, Lauren dijo que me esperaría junto a las escaleras mecánicas. Pero no la veo por ningún lado.
—Olivia
Volteo a ver.
—Por amor de dios ¿Me quieres matar de un infarto o qué? ¿Cómo me vas a avisar tres horas antes?—le reprocho
—Perdona, yo me enteré hoy en la mañana, apenas tuve tiempo de empacar.
—¿Y a donde van?
—Papá tiene que ir a un viaje de negocios, y no sabe que tiempo podría demorar, si tiene suerte puede ser cuestión de semanas, de lo contrario podría tardar meses. Mamá se ha estado quejando de esos largos viajes que hace por trabajo, así que esta vez papá optó por ir todos juntos.
—Pero...—se me aguaron los ojos— ¿Y la escuela, como le vas a hacer?
—Clases virtuales.
—¿Entonces, cuándo te volveré a ver?
—No tengo idea—Lauren hecha a llorar y me abraza con fuerza—Pero espero que sea pronto.
—Ya verás que solo dura un par de días.

Un cuento bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora