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Llegó la noche y Jungkook con frío, pensaba en Taehyung.

Ese día el invierno había comenzado y Jungkook no lograba prender la calefacción de su casa y tampoco parecía haber mucha señal por lo que no podía llamar a un técnico. Todo por aquella tormenta, lo peor es que no podía salir porque sería peligroso manejar con esa fuerte lluvia afuera. Lo único que le quedaba era cubrirse con las mantas que encontró.

No podía hacer nada y solo se quedó pensando en el sillón de su sala.

Dónde estaría Taehyung en ese momento, pensaba.  Creía que seguramente regresaría pidiendo perdón por haberse ido así sin más, rogando por su toque y sirviéndole con toda su atención.

Jungkook sonrió ante la idea, sí seguro pronto volvería.

Pensó también en lo bien que se sentiría un café caliente acurrucado en su manta. Y leche de plátano, tibia, sí, y... unas galletas también estarían bien.

Como las galletas que había rechazado de Taehyung...

Recuerda haber visto un plato con ellas después de entrenar y haberlas tirado el día de la fiesta.

Y por primera vez sintió que le hacía falta compañía.

Pero no la que utilizaba para llenar sus vacíos emocionales por una noche con cualquiera que se le antojase, como hizo con Taehyung.

Ahora era diferente, pensaba en algo... ¿cariñoso?

No, no, no podía ser, él no era nada romántico ni menos cursi, él odiaba todas esas estupideces y siempre se había burlado de ello, pues nunca realmente sintió querer algo así, algo como una relación de verdad.

Seguramente era el frío que le estaba afectando la cabeza, pensó.

Pero sí que quería una taza calentita, viendo alguna película con... No, claro que con nadie, él podía hacerlo solo.

Pensó que tipo de películas le gustaría a Taehyung, ahora que lo pensaba, en realidad no conocía mucho de su sirviente.

Todo había pasado tan rápido...

Pero por alguna razón las cosas con Taehyung parecían de algún modo distintas, como si su deseo por él superara el del resto, y... quizás no solo se debía a su cuerpo, no podía ser por algo sentimental, pensó Jungkook, apenas lo conocía, pero si...

No, ni siquiera debería pensarlo. Solo era un sirviente que usaría por placer y solo eso.

Eran casi las 12 y Jungkook todavía no se había preparado algo, y con el estómago rugiendo empezó a quedarse dormido entre las sábanas de su sillón.

Mientras tanto, Taehyung dormía plácidamente en casa de Jimin, le había dado la razón en renunciar a su trabajo y eso hizo, le había dicho al señor Jeon que empacaría sus cosas el día siguiente y se iría de allí.

Ya vería el señor Jeon de qué forma lo reemplazaría. Pero no estaba dispuesto a pasar un minuto más en la mansión de los Jeon, soportando el mal trato que Jungkook le daba.

Y con esa idea en la cabeza se quedó dormido, acurrucado en la habitación de invitados de la gran casa de su amigo Jimin.

Las horas pasaron y se hizo de día, el sol salió y amaneció.

Siendo las 9 de la mañana, Taehyung aún con algo de sueño abre sus ojos y se levanta de a pocos, viendo a través de su ventana los primeros rayos de sol, que recién salían porque al ser invierno tardaban.

Era precioso amanecer de aquella forma, sin preocupaciones ni nada que... Ah, claro, Taehyung lo olvidaba, debía volver a esa mansión y enfrentarse a Jungkook para marcharse de una vez por todas.

LA MANSIÓN DE LOS JEON - KV +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora