Me alegro mucho de conocerte (SuperCorp)

CAPÍTULO 28 : Conecta los puntos

"Feliz cumpleaños", murmuró Kara en voz baja contra un oído. Sus brazos, envueltos alrededor de un cuerpo cálido, se acercó más, moldeando sus cuerpos y presionando sus labios en un lugar al azar contra un cuello pálido. Se aseguró de besar cada lunar y marca de nacimiento, sintiendo que el cuerpo presionado contra ella comenzaba a moverse.

Con un profundo suspiro, Lena entrelazó sus dedos donde las manos de Kara descansaban contra su estómago. Movió la cabeza para darle más espacio a la rubia, una sonrisa perezosa adornando sus labios. "Huelo panqueques quemados", susurró divertida.

Kara resopló, abrazándola más fuerte y puso los ojos en blanco incluso si la otra mujer no podía verla. "Me distraí alimentando a Liam y olvidé el último en la sartén".

Lena levantó el brazo para rascar la parte posterior de la cabeza de Kara con sus uñas cortas, tal como había descubierto que a la rubia le gustaba. "¿Todos los demás se salvaron?"

"Los catorce", asintió Kara.

"Te comiste uno, ¿no?" Con la acusación deslizándose por sus labios, Lena movió su cuerpo para poder darse la vuelta y enfrentar al héroe.

Incluso si Kara negaba con la cabeza, Lena podía ver la alegría detrás de los ojos azules. "¿Quieres desayunar en la cama?" Inclinó la cabeza para darle un beso a Lena, pero la mujer más joven giró la cabeza en el último segundo, haciendo una mueca. "¿Qué?"

"Aliento matutino", se quejó Lena.

"No me importa."

"Sí," la morena puso los ojos en blanco y tiró las mantas lejos de su cuerpo. Kara estaba acostada encima de las mantas, con las piernas cruzadas por los tobillos, claramente despierta durante algún tiempo, y resistió el impulso de tirar de Lena de regreso a la cama cuando la mujer pateó sus piernas fuera del colchón. "Volveré pronto."

"Oye, Lena", llamó la rubia tan pronto como Lena entró en el baño. La mujer se dio la vuelta con las cejas arqueadas en cuestión y Kara le dedicó una sonrisa. "Estás preciosa."

Lena se sonrojó, abrió la boca para responder, pero prefirió poner los ojos en blanco. Apenas conteniendo su sonrisa, se deslizó dentro del baño, dejando a Kara sola en la habitación. La heroína se rió entre dientes, sabiendo que Lena no estaba tan segura de sí misma como hacía creer a la gente que estaba, y disfrutando el hecho de que logró hacer sonrojar a su novia. Después de quedarse sola, Kara se apresuró a tomar el regalo que había escondido detrás de la cama el día anterior y lo puso encima de la almohada de Lena, el paquete marrón y una simple cinta destacando contra la funda blanca de la almohada.

Habían regresado de Irlanda una semana antes y, desde que entregaron a Lex y Lillian a la policía para que se ocuparan de ellos, ella había pasado todo su tiempo libre buscando un regalo. Kara no era rica y, aunque tenía una vida cómoda, no podía comprar el tipo de cosas que deseaba poder comprar por Lena: un collar caro, pendientes de diamantes, una maldita isla. Había pedido ayuda a Sam, pero la mujer estaba demasiado ocupada siendo la enamorada de su hermana como para darle un buen consejo, y Alex solo dijo que debería regalarle la verdad sobre el brazalete, lo que Kara no apreció.

También había regresado al trabajo a mitad de semana, después de que fuera imposible encontrar otras excusas, así que también tenía eso de qué preocuparse. Sam había contratado a una pasante mientras ella estaba fuera para poder apaciguar la ira y las sospechas de Cat, y ahora tenía a una niña siguiéndola a todas partes para aprender cosas. Aunque inteligente, proactiva y agradable, Nia recién estaba comenzando y tenía mucho que aprender. Sam también la había transferido al equipo de redacción, ya no era la asistente de Cat, y también tenía demasiadas cosas que aprender y muy poco tiempo para hacerlo.