- ¿Usted alguna vez ha recibido transfusiones de sangre? -Pregunta el especialista de manera seria, explorando con sus dedos aquel expediente de color naranja en sus manos.
-Sí, cuando tenía catorce años. -Responde el dudoso castaño, iniciando con sus inquietudes por la repentina pregunta. Se suponía que solo se encontraba ahí por un chequeo, ¿no?
No recibe respuesta alguna, y ni siquiera el respiro del médico frente a él puede escucharse. No sabe si su situación en cuanto a salud es buena o mala porque el doctor tiene una reacción neutra, pero algo dentro de su pecho comienza a latir con fuerza.
- ¿Podría esperar fuera por un momento? Necesito hablar con su esposo.
Sale del consultorio demasiado ansioso y preocupado, toma asiento en una de las tantas sillas y empieza a temblar. Su pareja le nota horrorizado, lo que provoca su acercamiento para besarle íntimamente en los labios y arrastrar el terror consigo.
-Descuida, todo estará bien. Tranquilo, Kappa. -Se dirige con el experto y cierra la puerta.
Confiaba en su esposo, y lo quiere tanto que gracias a él consiguió un empleo para mudarse con él y trabajar en su felicidad. Una de las mejores decisiones que tomó cuando cumplió la mayoría de edad.
Cuando le conoció, recuerda experimentar la sensación de paz por primera vez en años. Aquel peli celeste era su lugar feliz, ese chico que le demostró un amor tan puro como los enamorados saliendo en primavera, esa luciérnaga que le iluminaba esas angustiosas noches de luna llena, ese rayo de luz y esperanza que le acompañaba en cada paso que daba, y ese humilde corazón que juraba proteger cada que amanecía.
Todo era tan lindo y perfecto, hasta que sus ilusiones se quiebran en millones de pedazos al rechinar de una puerta. Los ojos de su amado llaman su atención, viéndole llorar de manera descontrolada y desdichada. No soporta ver lagrimear a su alma gemela, pero no sabe cómo reaccionar. El agarre de un fuerte abrazo y las gotas empapando su hombro izquierdo aturden a sus emociones, lo que desata un par de preguntas incomodas.
- ¿Siren, que ha pasado ahí adentro? -Dudoso de la respuesta, acaricia la cabeza de su cónyuge.
-Amor, tu... Tienes TCLD.
La alegría por vivir que tuvo alguna vez se esfuma por completo, reduciéndolo a un vacío interno del cual solo es capaz de transmitir al corresponder el agarre. Toda sensación y estremecimiento se convierte en hostilidad y sufrimiento cuando escucha maldecir a su pareja entre susurros.
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❝ 𝓒𝓞𝓡𝓐𝓩𝓞𝓝 𝓓𝓔𝓛𝓐𝓣𝓞𝓡 ❞ ❥ 𝙲𝚊𝚜𝚝𝚒𝚕𝚕𝚘𝚜 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚖𝚊𝚛
Fanfiction"No podría decir cómo llegó a mi cerebro esa idea por primera vez, pero una vez concebida, me embrujó día y noche." -"El corazón delator" de Edgar Allan Poe. Ya sea el escándalo de un antiguo reloj que recuerde la monotonía del pasado, el silencio...