Aquella cálida y amarillenta arena en los dedos de sus pies le invita a sumergir su cuerpo en las olas, y la mano de su pareja sosteniendo su brazo le hacen sonreír débilmente. El azulado cielo sin nubes parece acompañar a los tortolos en su cita, y los cangrejos caminando por las enormes piedras con musgos les hacen reír tiernamente.
Su esposo gira su torso hacia su persona, tomando ambas de sus manos y entrelazando sus dedos con los suyos. Su acción le hace voltear su cabeza hacia él con expresión de curiosidad, notando la mirada contenta de este.
—Kappa, vamos por un helado o por alguna piña colada. ¿Hay algo que se te antoje? –Sonríe, brindándole un efímero momento de calma.
—Lo que tu desees, cariño. –Acerca el rostro de su pareja y besa dulcemente la comisura de sus labios. Ha logrado presenciar el sonrojo de su cónyuge, una vez más.
Desconoce la razón, pero el momento de quiebre sucede cuando Siren suelta su agarre y corre al lugar donde dejó un bolso con su cartera. El graznido de una imprudente gaviota y los latidos en su pecho inundan su cabeza, ahogando la felicidad de ese momento y transformándola en un llanto irreparable.
Cuando sus dedos tocan sus mejillas y sienten las cataratas emergiendo de sus ojos a la par que siente apáticas punzadas en su interior, es que sabe que todo se fue por el caño.
Otra vez esos jodidos latidos, ese fin que se marca con el paso de las manecillas. Esa carga de la cual no puede deshacerse, el olvido del éxtasis que se transforma en duelo y en el nuevo hotel de su tristeza.
El ruido del mar intenta calmar sus adentros al colocar frente a él lindas y pequeñas conchas de mar, pero ni siquiera la belleza de la simpleza puede hacer algo al respecto por él. Poco a poco comienza a romperse.
Cuando el de cabellos celestes regresa entusiasmado por su salida, nota la deprimente escena y se abalanza contra él y se aferra a su persona. Siren sigue sin creer que a Kappa le queda poco más de un año de vida, pero está decidido a no abandonarle. El de mayor estatura quiere llorar junto a su esposo, pero sabe que aquello preocupará más al castaño.
Lo que más anhelaba en esos precisos momentos en su vida, era despertar de esa pesadilla tan abrumadora, aquella donde no para de escuchar maquiavélicas carcajadas cada que tan siquiera respira.
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❝ 𝓒𝓞𝓡𝓐𝓩𝓞𝓝 𝓓𝓔𝓛𝓐𝓣𝓞𝓡 ❞ ❥ 𝙲𝚊𝚜𝚝𝚒𝚕𝚕𝚘𝚜 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚖𝚊𝚛
Fanfiction"No podría decir cómo llegó a mi cerebro esa idea por primera vez, pero una vez concebida, me embrujó día y noche." -"El corazón delator" de Edgar Allan Poe. Ya sea el escándalo de un antiguo reloj que recuerde la monotonía del pasado, el silencio...