"No podría decir cómo llegó a mi cerebro esa idea por primera vez, pero una vez concebida, me embrujó día y noche." -"El corazón delator" de Edgar Allan Poe.
Ya sea el escándalo de un antiguo reloj que recuerde la monotonía del pasado, el silencio...
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— ¡¿SIREN?! –Tan apresurado como preocupado, grita tan alto como su garganta lo permite. No puede organizar sus pensamientos, y sus recuerdos le muestran el horrorizado rostro de su esposo. Recuerda a las prendas de su amado empapadas con manchas de su propia sangre, y la oxidada navaja apuntando a su recién y lastimado pecho.
No logra deducir el cómo ni el por qué de su actuar, pero de verdad se siente arrepentido por ello. Es cierto que planeaba despojar su vida, pero nunca tuvo en mente la presencia de quien considera al amor de su vida. Anhela que los latidos en su ruidoso corazón cesen, pero no de manera tan grotesca como esa. No entiende que rayos le pasaba por la cabeza hace poco, pero tiene inquietud por saberlo.
Sin querer, escucha pisadas apuradas junto al pasillo cerca de su habitación de hospital, para después presenciar el azote de la puerta. Su pareja está sobresaltado y temeroso, aparentemente a punto de lagrimear a mares. Tembloroso y pálido, toma asiento junto a la camilla.
— ¡Kappa! –Acerca sus labios a su frente y examina su cuerpo, notando las vendas cubriendo las heridas ocasionadas hace un rato. Siren quiere abrazarle fuertemente, pero sabe que su cuerpo está muy débil y que necesita descansar. Gracias a la perdida de sangre y el dolor de las cortadas, no se podría hacer mucho.
—Lo lamento Siren, yo... -Por más que busque las palabras correctas, no sabe cómo iniciar. Memoria o improvisación, solo quiere liberar algunas cargas emocionales. –Seré sincero contigo, quería suicidarme. Estoy harto de esta enfermedad, de ver como sufres por mí, de mirar el reloj con miedo, de llorar cada que salimos juntos a cualquier lugar, de no tener apetito por más que intento comer, Yo... Estoy cansado de seguir aquí. –Llora, se desahoga como nunca antes lo había hecho. No trata de contenerse, solo quiere tranquilidad inclusive si es pasajera. –Te he hecho sufrir bastante. Viste de cerca mi casi muerte, no consideré lo que podrías sentir, viste una escena horrible por mis errores, he hecho tantas cosas idiotas. De verdad, no sabes cuánto lo siento...
—Kappa... Yo te amo. Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo. Quiero que vivas, quiero que sigas luchando, yo... No sé qué decir. –También solloza en lo alto.
Ambos liberan sus pesares frente al otro. Kappa está asustado de seguir viviendo, y Siren desea con todas sus fuerzas que Kappa siga con vida.
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