"No podría decir cómo llegó a mi cerebro esa idea por primera vez, pero una vez concebida, me embrujó día y noche." -"El corazón delator" de Edgar Allan Poe.
Ya sea el escándalo de un antiguo reloj que recuerde la monotonía del pasado, el silencio...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El especialista de bata blanca frente a él escribe velozmente en el teclado de su computador. Sin mostrar expresión alguna en su rostro, presta atención a cada palabra dicha por el castaño. El silencio pesa más cuando debes confesar tus propios pecados, pues nunca sabes cómo reaccionará Dios.
—Cuando me apuñalé el pecho. –Señala al mencionado. –Sentí desesperación y calma. No sé cómo explicarlo, pero me sentí libre y encadenado, ¿sabe? –Tiembla un poco al recordar la horrorizada reacción de su cónyuge antes de su desmayo, y después de su despertar en aquel hospital. –Yo... Tengo miedo de volver a intentarlo, de desconocerme una vez más y esta vez lastimar a mi esposo. Él es la única razón por la que sigo aquí, intentando componer mi vida de mierda. –Se reacomoda en el asiento para tratar de tranquilizarse. –Por una parte, creo que debería disfrutar mis últimos días. Por otra, siento que debería desaparecer y dejar todo atrás. ¿Qué debería hacer? –De verdad quería resolver esa incógnita, necesitaba ayuda.
Su contrario de semblante serio para de teclear y gira su rostro para observar detalladamente al de ojos miel. Kappa se inquieta por aquel mirar, teniendo pánico por su respuesta.
—Mira, creo que deberías echarle ganas. No sabes a cuanta gente le gustaría estar en tus zapatos, teniendo las mismas oportunidades de salir adelante. Muchos han perdido la vida tan repentinamente, y tu estas desperdiciándolos con tus inseguridades. –Acomoda sus lentes, al parecer está seguro de sus palabras. –Muchos sufrimos todos los días, lo único que te queda es seguir adelante.
—Oh... Gracias. -¿Qué? ¿Su respuesta era en serio? ¿De verdad dijo aquello? Porque no lo esperaba en lo absoluto. Esperaba oír algo profesional o poder conseguir la atención psicológica que necesitaba, no un consejo cuestionable. Ahora se sentía inseguro.
—Déjame contarte unas cuantas experiencias con pacientes similares a ti. –Pronuncia orgulloso, dejando frustrado a Kappa.
Y justamente el resto de la terapia el dichoso "experto" se dedicó a platicar sobre él y su labor, cosa obviamente errónea de su parte.
Por más pavor que se manifestara hasta en sus huesos, no le menciona a Siren sobre su sesión fallida. Prefiere verle ilusionado que verle preocupar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
