I- Échappement.

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Ante la posibilidad de ser sacrificado, solo me quedo huir... Escapar para empezar de nuevo.

El cielo llora acompañando mis desgracias, llora de una forma hermosa y elegante con únicos copos de nieve que danzan cubriendo las calles de la conocida  ciudad de las flores de una blanca pureza, la nieve ni siquiera esta atreviéndose a borrar los ríos que recorren mi rostro amargamente esperando una salvación.

Corro mientras mientras el frio se apodera de mi cuerpo. Llegue a mi limite y caí al suelo...

—Tan frágil—dice una voz sombra misteriosa que brilla acompañada de la luna—Toma mi mano.

Solo obedezco, al fin... Una salvación.

Aquel hombre misterioso me levanta y me pone un largo abrigo negro, la luz de un faro finalmente me permite verlo.

Dueño de un cuerpo adonis, hermosos ojos azul que resplandecen con la noche, largas pestañas que al parpadear parecen mariposas revoloteando en dulces violetas.

 —¿Has estado llorando?—pasea su mano por mi rostro—Déjame limpiar tus lagrimas.

Yo solo me dejo hacer hipnotizado por el suave toque de sus largos y fríos dedos que contrastan con mi ahora cálida piel y perdido totalmente en ese vacío en el cielo nocturno de su mirar que seguramente alguna vez fue un hermoso y claro cielo diurno.

—¿Cómo te llamas lindo?—seguir escuchando su voz me causa una sensación desconocida, como si solo quisiera seguirlo.

El empieza a retirar las prendas que cubren mi cuello, para ahora posar esa helada piel en esa zona.

—S-soy Sano Manjiro—mi voz suena entrecortada y temblorosa como mi cuerpo al sentir el gélido toque de alguien que acabo de conocer...

—¿Por qué huyes?—al momento no pregunte su nombre seguía disfrutando de esas caricias sutiles, como si algo enigmático tuvieran sus manos que solo te hacían querer más y más contacto, como si todo estuviera bien.

—Me quieren matar—me aferro a su pecho como si el fuera un héroe y yo su dama en peligro—¡No quiero!

—Así que después de todo eres tú—sonríe de lado—Tranquilo no morirás.

—Me ayudaste mucho—lo sigo abrazando—¿Cómo puedo regresarte al favor? 

Su sonrisa se hace más amplia dejando a la vista sus hermosas perlas blancas... Y un par de filosos colmillos como el filo de una espada, brillando como el metal bajo el sol y... En espera de matar a su presa...

Estos se posan en mi cuello, duelen... Pero, no se sienten tan mal.

—Ah, eso ha estado bien lo necesitaba, ya me regresaste el favor—sonríe—Tu sudor es tan dulce, pero tu sangre solo se compara con el buen sabor de un añejo vino tinto.

Solo lo aparto—¿Q-qué?—me mareo y siento mi cuerpo arder.

—¿Uh?, eso solo confirma mis sospechas... Eres mi pareja lunar—toma mis manos—Que ¿Maravilla?—su indiferencia al decir esto solo me deja en claro que su única intención era tomar mi sangre e irse.

Solo lo miro aturdido para caer en sus brazos, apenas pude formular palabras totalmente aturdido...

El solo habla un poco más, palabras que apenas puedo entender...

—¿P-pareja de qué?—preguntó apenas sosteniéndome de nuevo en pie.

—Pues veras aunque pensé que esto solo ocurría con vampiros, al parecer estamos destinados por un lazo lunar, es decir que yo sin beber tu sangre muero. Es un tema algo confuso.

Vin rouge (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora