III- Je te refuse mon sang

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El sueño me fue invadiendo de a poco, pese a los pensamientos pesimistas de mi mente y a la leve fiebre... Finalmente estaba pegando los ojos ante todavía un lejano amanecer.

Los estruendos aun no cesan, posiblemente a lo viejo de la estructura. Aquellos que sin importar que me tienen en un estado de alerta.

No estoy seguro de como, pero siento algo extraño en el ambiente... Un poco pesado, si hubiera sido porque  es un lugar nuevo hubiera sentido esa incomodidad y se que aquel azabache tampoco es... Posiblemente.

Algo en mi me hace querer seguirlo pero otra parte de mi me dice que me aleje, como dos hilos cada uno sujetado a mis muñecas... Contradiciéndose.

Tal vez si deba tomar su consejo de ir a la biblioteca en busca de las respuestas que me son negadas.

Hora tras hora avanzan lentamente apenas sintiéndose los minutos pasar, los cuales parecen ser remplazados por segundos eternos. La mañana llega con sus tenues rayos solares que iluminan todo con una gran aura que contrasta con la de la noche.

Mi cuerpo no se siente tan mal, probablemente los síntomas fueron una razón por la que no pude dormir.

Abre la puerta—Buenos días—saluda

—Buenos días—le sonrió—¿Ocurre algo?

—No de hecho quería ver cómo dormiste—forzadamente conecta su mirada con la mía.

—A pues bien supongo—rio un poco

—Bueno ven, tomaremos el desayuno—me dedica una mirada con cierta arrogancia—Muero de hambre.

—Te sigo—le dije tratando de ocultar un poco el miedo que me ocasiono su mirada.

Me guía como ayer, corredores oscuros casi infinitos para llegar al lugar. Estaba apunto de sentarme en el otro extremo cuando el rompe el silencio con su fría voz.

—Siéntate a mi lado—señala—Por favor.

Le hago caso, mi mente da vueltas mientras me muerdo el labio inferior pensando como preguntar aquello.

—¿Cuánta de mi sangre necesitas?—suelto sin descuido aparente.

—No mucha, unas gotas cada cierto tiempo bastan—su ceño se frunce—No me digas que...

—¿Qué?—pregunto tratando de contener mi miedo—Solo era una duda.

—¿Te vas a negar a darme ahora Manjiro?—pronuncia mi nombre con un tono de voz único, entre molesto y misterioso... Adictivo.

—De hecho si porque quiero y puedo negarme—contestó de forma algo grosera—Me niego a darte cada día mi sangre, solo lo hare cuando lo necesites—digo firmemente.

—Te dije que había reglas, si tú quieres eso... No me puedo negar—se levanta para irse—Haz lo que quieras, voy a salir.

Todas aquellas palabras me hicieron darme cuenta que quizás esto no tiene futuro alguno, ¿Cómo se forman los lazos? O acaso siquiera lo que me dijo es real, no creo que nada nos una como a dos almas gemelas... Fácilmente podemos vivir separados.

Pero, el capricho y egoísmo de ambos es  muy grande como para romper un acuerdo por conveniencia... 

Uno solo quiere sangre "exquisita" y el otro lucha por vivir, esto deja muy  en claro que capaz aquello denominado como lazos divinos pueden equivocarse o simplemente aquellas deidades disfrutar ver un gran espectáculo entre dos personas que no encajan.

Salgo del lugar con molestia y aprovecho para tomar unos libros de la repisa de mi habitación para saber más.

Liens d'amour

La posible solución a mis dudas, aunque también puede revelara los secretos de esta caja de sorpresas una vez hallas a tu otro extremo o quizás darle un sabor a los enigmáticos dulces que mas que tener un sabor agradable en mi caso, tienen uno amargo...

Amargo como el corazón de dos que ni siquiera se aman, pues el destino se volvió un poco torpe al unirlos... Al unirnos.

Vida que nos tiene amarrando un nudo que nunca podremos desatar debido a nuestros choques... Porque nada es como te lo cuentan, tienes nulas posibilidades de tener aquel perfecto encuentro en un día ni de mucho sol ni de mucha lluvia.

Abro el libro de paginas empolvadas de algo que puede serme útil para romper toda conexión, todo lazo que yo nunca pedí tener.

Leo las palabras cubiertas de misterios.

"Hechizados por los dioses, eligiendo a dos almas para unir sin nada conocido que lo pueda romper.

Marcados por la magnitud del mundo divino, encantados por el cielo...

Por la luna y sus oscuros mantos, destinadas criaturas de la noche que solo se tienen las unas a las otras y un amor que debe quedarse en silencio y resplandecer bajo el polvo de las estrellas.

Por el sol y sus rayos de luz, amantes que se tienen uno al otro como un pedazo de calidez y a una llama fugaz que brilla tanto en el hermoso cielo azul.

Por ambos... Formando un eclipse lleno de enigmas.

Y sin más pertenecemos allí, bajo la protección y unión de uno... 

Pertenecemos al mundo de deidades aun desconocido para criaturas de sol como de luna."

Mi mente se nubla, todo aquello es demasiado difícil de comprender. ¿Sol? ¿Luna? ¿Deidades?

Continuo con aquellas palabras a mi gusto bastante embellecidas... O acaso ¿Realmente era así? 

"En este mundo lleno de preguntas eternas donde el cielo parece no tener fin yace eso infinito y delgado, tensado casi al punto de romperse. No es probable que ocurra pero si posible ya que el hombre no puede obtener nada sin primero dar algo a cambio. Para crear o destruir, algo de igual valor debe perderse. No es una idea recomendable.

Causa un gran dolor y vacío agujero negro que tragara tu corazón en instantes, devorándolo cual monstruo hambriento... Quizás tu castigo por haber roto lo divino, tu mal por no cumplir con tu papel... Tu condena infinita cual universo por romper lo inefable.

Aunque hay excepciones, cuando uno muere el otro puede vivir un poco más de tiempo debido a que su alma tarda mas en ser consumida."

Suelto más suspiros molestos al parecer no hay forma de librarme de esto... Al menos no por ahora.

Si tan solo pudiera generar ideas realistas y conceptos mas lógicos que deidades del cielo que eligen a dos almas podría hallar la forma de romper con lo "infinito" de ir en contra de esos supuestos dioses del cielo.

El sonido de la puerta me saca de mis ensoñaciones, llego... Mi tormento...

¿Es demasiado pedirle solo un poco de dulzura? Ambos nos odiamos pero por mero interés y beneficios personales supongo deberíamos llevarnos bien.

 —Llegue Manjiro—el eco del gran lugar y la ubicación no tan lejana de la entrada trasera a diferencia de la principal hace que esa voz adictiva llegue a mi...


Vin rouge (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora