Capitulo 18

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Esa misma tarde cuando Maud se encontraba lejos, sus damas pasaban el rato en el jardín, junto al soldado que corría alrededor del patio acompañado de un gato que se le unió en su tercera vuelta, Isabel se encontraba bordando unas mariposas, cosas que pronto colocaría en el vestido de la princesa para el día de su cumpleaños. Mientras la más joven jugaba con los hilos que usaba Isabel, tratando que armar una torre, pero a su tercer fallo se dio por vencida.

- "que aburrido... porque Lady Maud nos dejó aquí... aparte Madame Isabel, tenemos que estar en un lugar abierto y helado, para no correr peligro de esa amante, no es justo"-

- "No cuestiones las órdenes de la princesa, ella sabe que es peligroso andar solas, encima tú misma viste como sus damas te seguían, es quedarnos aquí como seguridad, aparte querida, tenías que traerte un chal conociendo el clima de la capital"-

En las quejas de ambas damas, se escucharon paso apresurado en su dirección, fijándose que provenían de Raen, aquel soldado que venía a una velocidad mayor de la que estaba dando sus vueltas, al estar cerca de ellas se detuvo de golpe perdiendo el aire, sin embargo, entre jadeos concretó la simple frase.

-"Él... emperador... viene ... Hacia... ustedes..."-

Las damas asustadas por el mensaje, se pusieron de pie para acomodar los hilos regados en la mesa, ante el grito del mensajero real, todos mostraron una reverencia hacia el emperador, el cual parecía que no era casualidad su presencia

-"la dama Isabel de Pankhurst saluda a nuestro emperador"- aquella señora fue la primera en presentarse, aquella actitud de decir su nombre era algo inculcado en el ducado de Maud, aquella princesa no quería fingir en el tema de los nombres, podía reconocer de que familia eran, pero el nombre era difícil por ello se había sincerado en esa parte para que le repitan los nombres y así poder recordarlos poco a poco.

-"Allison Sarracenia se inclina ante el emperador"- la joven siguió el ejemplo de la mayor, apenas llevaba 4 meses bajo la protección de la princesa y después de las historias que contaba de su hermano, se sentía honrada de convivir con el hombre que es un ángel ante la vista de su señora.

-"Rain O'Higgins muestra su respeto al emperador"-

El soldado mostró la postura militar, en ese instante podía decir que su ropa se volvía fina por el frío que recorría su cuerpo, memorando sus años de entrenamiento en el cuartel más grande del imperio, siempre resonaba la frase "el miedo no es a la corona, si no, quien la porta. Somos inútiles peones, por ello sean leales para transformarse". Tenía a la princesa para cuidarlo, sin embargo, ella no tenía la corona, cosa que le preocupaba, aun sabiendo el plan.

-"veo que todos son educados, mi hermana no se confundió al elegirlos –el emperador se detuvo para verlos, conocía a Isabel, ella siempre acompañó a su hermana en las anteriores visitas, pero los dos jóvenes eran desconocidos para él- Condesa Isabel, como sabe ya se acerca el cumpleaños de la princesa... ¿Tiene la lista de requerimientos?"-

-"Si, su majestad, se lo envié a la emperatriz para que los incluya en el plan de celebración."-

-"Esperen... ¿El emperador no hace la fiesta de su propia hermana? – aquel comentario se le escapó a la joven Allison que al percatarse que fue escuchado hasta para el nombrado se sonrojó de la vergüenza- perdóneme, fue imprudente, lo entiendo..."-

El emperador se fijó más en la joven que hablaba, su cabello era un color caramelo, algo que le sorprendía he iba en juego con sus ojos negros, la piel tostada y labios rosas, no dudaba que era una belleza, sin embargo, solo era una dama.

-"Señorita... ¿Sacarrenia?..."-

El apellido había sido mal pronunciado, algo que enfado un poco a la joven, porque sentía que era una burla de parte del emperador, Rain internamente ya empezaba a redactar el testamento de aquella joven, al saber que si le iba a responder.

-"Disculpe, su majestad... pero es Sarracenia, la última rama de la Casa de la Rosa" –La casa de las Rosas, es como se llamó a la familia más grande del imperio, conformados por marqueses, consejeros, Baronesas, grandes señores, su última rama era los Sarracenia, los cuales solo tuvieron una hija, la cual al hacer su voto de castidad en épocas de matrimonio hizo decaer la popularidad de su familia. El emperador se disculpó soltando una risa no podía evitarlo al ver el rostro de la chica tratando de aguantar el enojo, era el emperador, por razones obvias comprendía esa actitud.

-"Baronesa Sarracenia, según su pedido, si usted lo cree correcto, puedo planear la celebración de mi hermana, sin embargo, usted ayudará, como segunda dama de la princesa es su obligación involucrarse en estos eventos, dejemos a la Condesa Isabel descansar... traiga todos los papeles y si tiene algún plan también tráigalo, nos veremos a las 5"-

Con esas palabras se retiró junto a su séquito, dejando aturdida a la joven dama, ella trabajaría con el emperador, debe estar soñando, caminando de forma rígida se fue a abrazar un árbol cercano dio un gruñido acompañado de frases en tono decaído.

-"Creo que la arme bien feo... madame Isabel... dile a mis papás, que necesito un pañal"-

La frase era incoherente, pero hizo explotar de la risa a Raen, que había quedado también tenso por lo sucedido, la condesa se preguntaba como esas dos personas llegaron a sociedad al no poder controlar su miedo, pero no podía ignorar lo gracioso que sonó eso, tomó con cuidado la mano de la joven.

-" Señorita Allison ya es grande, solo vamos a lavarnos la cara y le informaré todo lo que debe tener en cuenta para el cumpleaños de Lady Maud. Tú, Raen, mete todo en la canasta y vámonos"-

Ambos jóvenes siguieron a la mayor, los pasillos estaban vacíos, o al menos así se percibían, hasta que Isabel sintió una mirada extraña, con disimulo llevó al cuarto correspondiente a los dos jóvenes.

-" Raen, cámbiate de ropa estas sudoroso, no es una buena imagen, Allison, lávate la cara y ve al balcón, necesitas calmarte"-

Con esas órdenes salió para notar a una de las damas de Rashta cerca de ella.

-" Niña, acaso nunca te enseñaron que es malo espiar a tus mayores" –ante la nula respuesta la mujer se acomodó sus lentes, para girar de nuevo a la habitación- Si fuera usted, temería bastante de que me descubran, entre dos plebeyas no se pueden ayudar, una de ellas será el tapete de la otra"-

Con eso la Condesa ingresó a la habitación sacando algunos papeles para ponerse a escribir.

-" Maud, es lila, entonces hagamos que todos vayan de rosado y celeste. Nuestros emperadores irán de rojo...y esa amante de verde... tal vez debamos limitar las invitaciones"-

-"Madame Isabel, no se olvide del asunto"- Allison habló más calmada ingresando de nuevo a la habitación.

-"Pero Allison, ese asunto fue cancelado, es el otro asunto"- habló Raen desde el baño.

-" No, porque él no quiso, así que es el asunto primero" –Allison volvió hablar, mirando salir a Raen del baño con ropa limpia, pero antes que él pueda refutar algo, la puerta se abrió con un estruendo, mostrando a la princesa con una sonrisa y la cara roja.

-" ¡Tenemos un nuevo plan!"-

"Aquí vamos de nuevo" un pensamiento compartido por las tres personas que se prepararon para escuchar el nuevo plan de la princesa.

𝓛𝓪 𝓗𝓮𝓻𝓶𝓪𝓷𝓪 𝓭𝓮𝓵 𝓔𝓶𝓹𝓮𝓻𝓪𝓭𝓸𝓻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora