Capítulo 10. Daños colaterales.

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—Hablo en serio, no se si tomaste o te médicas... —no pudo acabar de hablar cuando su madre le había tirado un vaso de agua.

—Madura Sasuke y dime la verdad ya —Mikoto sentía una profunda decepción en ese momento, que la intentarán tachar de loca. Se apoyo en la mesa y le dedico otra mirada de reproche al Uchiha menor. —Te he cambiado los pañales, te he visto crecer, he visto cada gesto y rasgo tuyo por más de 20 años, así que no te atrevas a mentirme. Encima eres un cínico inscribirla en el mismo colegio donde tu pareja es maestra.

—¿Qué? —el azabache creía ahora si que su madre había perdido el juicio.

La mujer no pudo evitar notar la sorpresa en el rostro de su hijo, y por primera vez vio una emoción real en él.

—Mamá, ¿que diablos fue lo que viste?, ¿de que hablas?

—Fui al colegio donde trabaja Hotaru, llegue un poco antes de que terminará su turno laboral y estaba caminando por los pasillos cuando una niña tropezó conmigo —Mikoto sentía la angustia crecer, el que Sasuke no supiera nada, no cambia las cosas.  —Dios, que has hecho Sasuke.

Un silencio se creó en la sala, cada uno estaba en sus pensamiento. La cerradura de la puerta parece que los hizo regresar a la realidad

—Fugaku...

▪︎▪︎▪︎

—Vamos niños, sus abuelos nos están esperando —Naruto tomo la mochila con cosas de sus gemelos, en eso sonó el claxon de un auto.

Los mellizos al oírlo sabían que era su abuelo y su abuela, y salieron con Naruto a prisa.

—Que bueno que llegaron, ellos tienen demasiada energía hoy, ttebayo —suspiro el rubio mientras colocaba a los pequeños en el auto con su respectivo cinturón de seguridad.

—Por eso los llevaremos de paseo hoy, a mis hermosos nietos —Kushina estiro su mano para acariciar la mejilla de Boruto y después la de Sarada.

—A todo esto, ¿a donde iremos mamá y papá?

—¿No te lo dijo tu madre?, colocaron una feria cerca de casa, parece tener muchos juegos y un buen ambiente —Minato le dedico una sonrisa a su hijo a través del retrovisor.

Un silencio agradable se creó en el ambiente, Naruto sentía tanta paz que incluso permitió relajarse un momento y cerrar sus ojos.

▪︎▪︎▪︎

—¡Vamos papá! —la pequeña azabache estaba nerviosa, faltaba poco, tan solo un poquito más de suerte. —¡Siii! —gritó de alegría al ver como el rubio le entregaba el premio que había recibido; un gigante zorrito naranja de peluche.

—¿Te gusta Sarada? —al ver como su hija asentía y abrazaba con fuerza el peluche, se sintió dichoso, la tomó en brazos y coloco en el asiento de una tipo carreola para que pudiesen llevar el peluche tranquilamente.

Naruto se acerco a su padre quien parecía tener una cara de susto.

—¿Y mamá?, un momento... —miro a todos lados —¿¡y boruto!?

El rubio mayor solo pudo señalar hacia enfrente. Uzumaki sólo pudo girar hacia la dirección que miraba su progenitor y también quedó con la misma cara que él.

A una corta distancia había una atracción llamada "el dragon", mismo juego que consistía en balancearse de un lado a otro, de izquierda a derecha, cada vez se elevaba un poco más y la caída era más rápida.

Por un momento Naruto se preocupo pero al ver como el juego terminaba su ronda, se asombro más de oír al pequeño Boruto decir.

—¡Más abuela, más!, ¡otra vez! —el pequeño ojiazul pataleaba por volver a subirse.

—Boru, ya no, hay que ir a cenar algo —froto la barriga de su nieto.

—Kushina, amor —Minato llamo a su esposa —más adelante Naruto y yo vimos unas bancas, vamos.

Los adultos caminaron junto a los niños hacia el área de descanso de la feria.

Un peculiar olor capto la atención del padre de los mellizos.

—Ramen —saboreo en su mente. —Papá, mamá muero de ganas de un ramen, ¿ustedes quieren?

Kushina y Minato, solo asintieron con una sonrisa; misma que basto para que el rubio fuera en busca de su tan anhelado platillo.

—¡Papá! —Naruto freno al oír la voz de su pequeña, se giro a verla y vio como Sarada le extendía los brazos.

El rubio sabía que su hija tenía esos momento de no querer separarse de él, acto que le causaba ternura.

Ambos fueron al puesto, donde no tardaron en tomar su orden.

—¡Mamá, papá!, ¡es mucho ramen! —grito un niño, captando la atención del ojiazul pero en especial la de la niña de cabellos azabache.

Uzumaki, notó como su hija ya no hablaba y al verla pudo notar como la mirada de la pequeña seguía atenta a la escena del niño y sus padres.

Su corazón se hizo pedazos al ver la tristeza de esos ojos negros.

—Papá... ¿yo no tengo mamá? —Naruto intento ser fuerte, sabía que sus hijos en algún momento harían esas preguntas y el no les mentiría del todo.

—Si, yo soy papá y también tu madre —vio como lo miraba de manera confusa, y suspiro —y también tienes otro papá.

—¿Dos papás?, como Mitsuki —el rubio no sabía de quién hablaba su hijo pero imagino que sería compañero de la escuela así que solo asintió.

—Sí, Sarada, pero... —comenzó a acariciar el cabello de la menor —el se fue, hace muchos años y no creo que lo volvamos a ver

—¿Se fue porque no nos quiere? —la voz entrecortada de la menor, le generaba más culpa al blondo.

—No mi amor, no es eso —trato de secarle las lágrimas —yo, no tuve oportunidad de decirle, espero me puedan perdonar por eso.

—¿Como es él, papá?

—Era muy guapo, Sarada —sonrió al ver como su hija poco a poco quitaba su mirada triste. —Muy guapo y por eso también tu eres muy bonita, tienes ese cabello negro tan lacio y hermoso; además heredaste esos ojos negros tan brillantes como él.

—Aquí esta su pedido, joven.

El señor del restaurante corto la conversación y Naruto se sintió agradecido de que eso pasara, ya no quería hablar más de Sasuke.

—Muchísimas gracias, vamos con tus abuelos, Sarada —tomo a la menor de la mano y caminaron en dirección a las mesas.

Sin saber que la conversación había sido oída por alguien más.

—Porque esa descripción me es tan familiar —murmuró al ver como se alejaba el rubio y la niña.

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Espero les haya gustado el capitulo, trate de sacarlo cuanto antes, nos leemos pronto:)

Papá por dos. (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora