Tras una breve presentación, Sasuke no podía apartar su mirada del chico tan apuesto que tenía enfrente. Mentiría al decir que recién lo había visto, puesto que en toda la noche sus ojos onix se centraron en él, el movimiento de caderas, esa energía ante cada paso de baile, y que decir de su cara, parecía tallada por los mismos dioses.
—Y bien Naruto, ¿qué hace un doncel tan bello como tú en este lugar?
—Sólo buscando diversión —respondió sincero. —¿Y tú?, siendo un hombre tan apuesto y elegante, es raro ver a personas así por estos rumbos.
El moreno rió por la sinceridad del menor.
—Pues busco lo mismo que tú, diversión —esa última oración la susurró al oído del contrario.
—¿Y qué tal va tu búsqueda? —preguntó coqueto, como el sólo podía ser.
—Creo que he encontrado algo valioso —siguió el juego del ojiazul.
—Interesante —paso una mano por su oscuro cabello. Ese sutil gesto llamó la atención del varón.
En ese momento, una música pegadiza sonó en el bar.
—¿Bailas? —Sasuke le tendió la mano al joven doncel que lo había cautivado.
—No lo sé, quizá mis amigos me estén buscando —aunque quería estar más con el pelinegro, era verdad que Shikamaru y Chouji no tardarían en preguntarse por él.
—Sólo será una canción, lo prometo —besó el dorso de la mano, haciendo que las mejillas del menor se volvieran de un tono carmín.
Naruto no protestó más y se dejó guiar por aquel sujeto tan misterioso, puede que tal vez no haya sido mala idea escaparse de casa esa noche.
El tiempo alrededor de ellos se detuvo, todo dejó de importar cuando el azul y negro de sus miradas se encontraron, por esa fracción de segundos una pequeña chispa de entendimiento nació.
El tacto de sus manos, guiados por el compás de la música lenta les había creer que sus dedos encajaban perfectamente con los ajenos. Pareciendo hechos el uno para el otro.
La distancia fue disminuyendo, ninguno quería apartar la mirada del otro, se sentía tan bien aquella calidez. Sin darse cuenta, sus labios comenzaron a estar más cerca, las respiraciones se mezclaban. Naruto podía sentir el cálido aliento amentolado con un toque de alcohol, y Sasuke podía sentir una sutil fragancia a canela y manzana.
—Sasuke... —su voz salió entrecortada, por la cercanía del varón, erizándole la piel por completo.
—No digas nada... —se colocó a milímetros de los carnosos labios del doncel —sólo dejaré llevar.
▪▪▪
—¿Qué pasó después, hijo? —se animó a preguntar al ver como el rubio guardaba silencio.
—Ocurrió nuestro primer beso, o al menos de mi parte así fue —murmuró muy bajo, apretó sus manos intentando contener la rabia y tristeza.
Kushina captó la incomodidad del blondo y decidió parar la plática por el momento, sólo había un detalle por aclarar.
—Naruto —el mencionado se giró a verla —hay algo que no comprendo, si su relación duro un par de meses, ¿cómo es que no te reconoció? —para la pelirroja, cuatro años no eran lo suficiente para olvidar por completo el cara de una persona, cabe la posibilidad de que el nombre si, pero ¿olvidar su rostro?, sonaba como algo absurdo.
—Supongo que el estilo de ropa y una peluca negra hicieron bien el trabajo —en eso recordó la situación del supermercado —¿sabes mamá?, creo que el si sospecha que nos conocemos, lo pude ver en su mirada, trataba de analizarme.
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Papá por dos. (SasuNaru)
FanfictionCriar a dos hijos nunca ha sido una tarea fácil, mucho menos cuando te toca hacerlo solo. Naruto Uzumaki es un doncel de apenas veinte años, padre de dos pequeños niños. Boruto, su viva imagen, rubio de ojos azules y Sarada cabello y ojos azabaches...