Tras la intimidante presentación del profesor Uchiha, los presentes sólo guardaron silencio, esperando alguna indicación.
Una pequeña sonrisa arrogante se instaló en el rostro del mayor.
—Veo que nos estamos entendiendo. —cruzó sus brazos y se dedicó a recorrer el aula de clases con la mirada. —De acuerdo, quiero conocerlos a cada uno.
Esas palabras causaron un ligero escalofrío entre los estudiantes. Algunos trataron de pasar saliva, otros se quedaron estáticos ante los sigilosos movimientos del maestro.
Por su parte, Uchiha analizaba a cada uno, se sentía un poco decepcionado al ver que no había mucho material "rescatable", se atrevía incluso a poner su mano al fuego a que luego de los seis años de estudio menos de una cuarta parte terminaría la carrera. Una triste realidad.
—Tú, de pie —apuntó al primer chico de la fila que estaba ubicada en el centro —dinos tu nombre.
—Aburame, Shino —mencionó con una seriedad absoluta. Ese gesto agrado a Sasuke.
—Señor Aburame, ¿de qué instituto viene? —puede parecer una pregunta pero le serviría para identificar a unos cuantos talentos más prometedores.
—Konoha —respondió de manera simple. Un gesto por parte de su superior y volvió a tomar asiento.
El azabache río por lo bajo, ese chico era raro, pero podría ser bueno en el área médica. Esa tranquilidad y serenidad nata, era un buen don: sobretodo si hablábamos del área de neurología.
—¿Alguien más es ingresado de Konoha? —la mayoría alzó la mano, como respuesta suspiró de manera lenta. Bien al menos terminaría rápido, pocas caras eran de su interés.
La ronda de preguntas fue breve, y hasta el momento solo tres personas habían alcanzado un poco sus expectativas. El primero fue Shino, la siguiente una chica llamada Konan con una personalidad atrayente, la única del género femenino que parecía interesada en su futuro como médico y por último estaba Nara Shikamaru; este era un raro caso, el joven parecía tener poco interés por la vida en si, pero mostró ser una persona muy elocuente a la hora de hablar.
Miró su reloj de mano, eran casi las nueve y quince de la mañana, sólo le restaban diez minutos, pensó en parar con la sesión de presentaciones, pero alguien en el fondo captó su atención.
—Allá, al final de tercera fila, ponte de pie. Ya sabes que hacer —ordenó de manera clara.
Naruto sintió su corazón latir de manera desbocada, era cuestión de segundos para que comenzará a hiperventilar. Sin embargo, al ver como su nueva amiga se ponía de pie, su respiración se tranquilizó.
—H-Hinata Hyug-ga —esos penetrantes ojos negros la ponían nerviosa, era como ver a su padre a través de aquella dura mirada.
Sasuke alzó una de sus negras cejas.
—¿Tiene problemas de habla, señorita?, ¿es acaso usted tartamuda? —un par de risas se escucharon en el salón y el pelinegro estampó su mano contra el pizarrón nuevamente. —¿He contado un chiste o por qué las risas?
El silencio predominó una vez más.
—No tengo ningún problema, profesor Uchiha —bajó la mirada avergonzada.
—De no ser así, debería mejorar señorita Hyuga, en esta profesión no hay lugar para los débiles de carácter. Alcé la voz, no esconda la mirada... —se abrió paso entre los pupitres para llegar a la chica —si quiere concluir la carrera, debe madurar. Sino se cree capaz mejor retirese.
Hinata no sabía que responder a las palabras del moreno, tras ver una vez más esa mirada gélida estaba decidida agachar por segunda vez la cabeza. Pero, el apretón discreto en una de sus manos, le dio ánimo.
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Papá por dos. (SasuNaru)
FanfictionCriar a dos hijos nunca ha sido una tarea fácil, mucho menos cuando te toca hacerlo solo. Naruto Uzumaki es un doncel de apenas veinte años, padre de dos pequeños niños. Boruto, su viva imagen, rubio de ojos azules y Sarada cabello y ojos azabaches...