Capitulo 3

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Abrió los ojos la hermosa joven, al despertar por completo no pudo evitar entrar en pánico al no reconocer el lugar donde yacía acostada. Se sentó y analizó cada rincón de la enorme habitación con detenimiento 

Las paredes estaban pintadas de un naranja miel con retoques dorados dando la impresión de flores nacientes. En la intersección entre el techo y el suelo sobresalían unos moldes perfectamente diseñados en forma de rocas desaliñadas dándole un toque rústico pero elegante 

Los muebles relucían al ser tocados por los rayos del sol entrando por los enormes ventanales que cubrían del techo al suelo dando una vista panorámica hacia el reino. Esos muebles de mármol que pondrían celoso a un Rey por su acabado tan fino

Todo parecía sacado de un sueño, incluso las flores que decoraban la habitación en cada rincón, en jarrones de plata tallada, algunos posados sobre los muebles, otros en el suelo sobre la elegante alfombra que parecía haber sido hecha con miles de alas de mariposas unidas entre sí, otros jarrones con sus hermosas flores permanecían estáticos en el aire junto al candelabro de cristal que colgaba del techo dejando caer sus largas ramas llenas de florecillas como lluvia verde 

Maravilloso simplemente 

En su admiración, el tacto de las sábanas con las que se encontraba cubierta era tan suave y liso, enfocó su atención en ellas y en los muchos cojines que se encontraban en el suelo al rededor de la inmensa cama, de diversos colores y brillantes, bordeados con hilos de oro 

-- Dónde estoy?...-- susurró para sí misma 

Bajó la mirada a la prenda que ahora la cubría

Un camisón celeste tan fino como todo a su alrededor. No pudo evitar sentirse incómoda por la ropa ajustada a su pecho y sus mangas angostas bordeando perfectamente sus hombros

El sonido de la puerta abriéndose robó toda su atención en un pequeño salto asustadizo. Una mujer de piel morena vistiendo elegante un traje de cola larga y acampanada con unas gafas redondas que a los ojos de Frey eran algo graciosas 

-- Despertó al fin, temíamos que se quedara dormida eternamente -- bromeó aquella mujer 

Frey se quedó callada. No la conocía y menos aquel hermoso lugar que sin importar su apariencia le parecía sospechoso

Lucienne por su lado la observó con una ligera sonrisa, muy pacífica. Aquella mirada desbordaba confianza y por un momento se ganó esa confianza animando a la joven para hablar 

-- Qué llevo puesto -- murmuró con voz tímida 

Esta pregunta sorprendió a la mujer parada en la entrada, así que solo amplió su sonrisa todavía más 

-- No le gusta la ropa? -- preguntó divertida 

-- No es eso -- negó amablemente -- es solo que... no acostumbro a usarla y menos tan ajustada 

Hizo un puchero de disgusto señalando el camisón que llevaba puesto. Esta acción provocó una pequeña risa por parte de Lucienne considerando que esta es de las prendas más ligeras que existen 

-- Encontraré algo que le sea cómodo -- asintió y a paso lento se acercó al lecho donde todavía Freya yacía sentada

La chica de cabellos blancos la observó sin temor alguno, sino con curiosidad al notar la peculiar forma de las orejas de aquella mujer 

-- Mi nombre el Lucienne, cuido y administro la biblioteca de este reino -- se presentó con una ligera reverencia de cabeza con las manos entrelazadas en su espalda 

el Amor de MorfeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora