Nunca me atreví a maldecir el cielo, o mi existencia, solo porque eso sería despreciar a mi Padre y todo lo que soy gracias a ÉL
Sin embargo en este momento, cuando siento el ardor incurable en mi cuerpo, las calientes lágrimas que empapan mi rostro y la desesperación helando mi sangre, solo puedo pensar en lo mucho que maldigo mi ser, mis decisiones, todo por lo que fui creada y el indescifrable propósito por el cual se me fue asignada esta labor
Mientras las manos de mi victimario tiran de mí con tanta fuerza y sin sentir piedad alguna, arrastrándome impotente por la arena que se calienta bajo mis rodillas quemando mi piel en este desierto perdido, olvidado por Dios; me doy cuenta que no puedo sentir esperanza por mi futuro, no me siento fuerte, mucho menos valiente. Mi cuerpo tiembla tanto que siento mis huesos arder, no me gusta lo que está por venir
A rastras como si fuese nada, elevo la mirada al límite frente a nosotros. Estoy tan agotada que mis piernas se niegan a seguir luchando por apoyar mi cuerpo, puedo sentir mi pálido rostro siendo golpeado por la brisa cada vez que nos acercamos más para cruzar al otro lado donde otra tortura me espera
La densa obscuridad del portal me ciega la vista por un momento, e imagino mi deceso en medio de este abrir y cerrar de ojos, si no fuese por el dolor de mi cuerpo y el agarre en mi cabello podría confundir este momento con la muerte. En cuestión de segundos llegamos al otro lado, no me atrevo a abrir los ojos asustada de encontrar los suyos observándome con tanto dolor, pero mi querido créeme que no es menos que el mío por pensarte sufriendo por esto
La voz estruendosa y maligna de Lucifer no tarda en resonar en mis oídos
-- Un ejército jamás podrá detener el destino!!!!
Su tono brusco me aterra, aún sintiéndome vulnerable bajo su poder no duda en tomar mi brazo con tanta fuerza clavando sus garras en mi piel provocándome un jadeo agonizante. Me toma y luego me lanza al suelo nuevamente como si no me hubiese levantado de ahí, logro apoyar mis manos en la arena con la fuerza que a penas saco de mi ser
No satisfecho con ello, Lucifer se acerca y con la misma brusquedad toma mi rostro obligándome a levantarlo y a abrir los ojos
No sé cómo se vea mi rostro en este momento, pero no necesito verme para entender que es la imagen misma de la agonía mezclada con la humillación al encontrar aquella mirada que tanto deseaba evitar
El horror reflejado en su rostro solo parece deformarlo cada vez más, sus azules ojos no se apartan de mí y por primera vez en mi vida me siento tan avergonzada bajo su mirada, jamás había odiado mi imagen como la odio ahora
Él está lejos aún, frente a nosotros, dos filas de demonios hacen escolta a su monarca evitando el acercamiento de las tropas de Ares y mi amado que solo se abstiene a observar
El agarre de Samael en mi rostro se hace más fuerte al sentir la satisfacción de lo que había provocado mirando fijamente a Morfeo. Inevitablemente subo mi mano para tomar la suya tratando de librarme pero es inútil y solo consigo que me lastime más
-- Suelta a la favorita de Dios y podrás salir ileso de este enfrentamiento -- la voz de Ares resuena entre la multitud advirtiendo a Lucifer pero a él no parece importarle demasiado
Guiado por su arrogancia decide que ya no soy útil por el momento y de un momento a otro solo puedo sentir como soy lanzada a los brazos de un demonio cerca que con sus manos ásperas y deformes toma de mis muñecas tras mi espalda manteniéndome de rodillas con el rostro al frente, en un instante siento el frío metal de unos grilletes en mis muñecas y una pesada cadena jalando de ellas