Los días pasaron, el tiempo parecía ir volando en un lugar tan maravilloso como la ensoñación, al menos para Frey que disfrutaba todos esos días como una aventura distinta
A su lado, la mayor parte del tiempo estaba Sueño. Siempre que no estaba ocupado con su labor se mantenía junto a la joven consintiéndola con todo lo que podía ofrecerle
El eterno sabía que en cualquier momento Dios podría volver a reclamar la presencia de la joven en el mundo humano. Y aunque eso sería quitarle una responsabilidad de encima, con cada día que pasaba a su lado deseaba que el día que deba ser separado de ella no llegara
Por su parte, Frey, ignoraba completamente los planes de su Padre para ella, creía que si la había mandado al mundo de los sueños y mostrarle las maravillas que este podía ofrecerle seria muy cruel de su parte despojarla de esa fantasía hecha realidad. Pero tarde o temprano la realidad debe ser afrontada
-- Sueño... -- murmuró la joven entrando al despacho del Rey llamando su atención
Él dirigió su mirada a la puerta donde ella yacía apoyada observándolo. Con vestido de tul violeta, con el cabello suelto y esponjado, descalza como le gustaba estar siempre. En su piel reflejaban los rayos de la luna a través de los ventanales en la oscura noche haciendo que su cabello parezca más brillante y su piel reluciente cual porcelana
-- Dime, Frey -- sonrió ligeramente sintiendo la serenidad de la presencia de la joven
Ella se acercó a paso lento cerrando la puerta con delicadeza. En ese instante Sueño no pudo evitar notar su actitud nerviosa y algo tímida lo que no era usual en ella, esto le causó cierta preocupación
-- Sucede algo malo? -- preguntó frunciendo el seño
-- No, nada de eso -- Frey negó inmediatamente
Llegó a su lado observándolo, ella de pie y él sentado con libros y una pluma en su escritorio
-- Me preocupa lo que pueda provocar mi ausencia en la vigilia -- habló con inquietud -- No quiero ser irrespetuosa contigo, tu hospitalidad y este lugar han sido muy satisfactorios pero...
Morfeo no parpadeó siquiera pensando lo que tanto temía venir
-- Ya tengo que irme -- murmuró observando directamente los ojos claramente dolidos del Rey
Él en su gran orgullo, solo asintió decidido (dudaba mucho). Le apartó la mirada y volvió a su trabajo
-- Si deseas algo más puedes pedírselo a Lucienne
Su tono era frío e inexpresivo, esto confundió a Frey creyendo que todos los momentos que habían pasado en compañía del otro serían suficientes para que el Rey de los Sueños mostrara cierta pena cuando mínimo por escuchar la noticia de la partida de Frey
-- Me hiere que solo tengas eso para decirme
-- No entiendo qué más estás esperando, eres mi invitada y siempre tuviste la libertad de irte. Te deseo una buena vida y en tu labor. Quieres que actúe egoísta y pedirte que te quedes? -- volvió a mirarla más cruel todavía
-- No... -- le dolía -- Solo esperaba que al menos te despidieras de mí, ya que por mi imposibilidad de soñar no voy a regresar
Era un golpe muy fuerte para poder procesarlo en un instante hasta para Morfeo
-- Ambos sabíamos que te irías tarde o temprano. Tú te permitiste ilusionar por todo
No podía seguir mirándola con las cosas horribles que él era consiente que le estaba diciendo
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el Amor de Morfeo
FanfictionAdaptación fanfiction de la serie The Sandman temporada 1