Capitulo 2

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La hermosa joven se encontraba entre el basto bosque en alguna parte de España, sin rumbo, solo observando... escuchando

El crujir de la naturaleza bajo sus pies desnudos se detuvo al escuchar otro que provenía de todas partes

Asustada volteó sin punto fijo en todas las direcciones, su respiración se agitó, sintió el frío intenso de la noche recorrer su cuerpo expuesto con intensidad. El miedo se convirtió en intriga cuando sintió una presencia conocida observarla desde lo más profundo de ese bosque

Ella sabía de quién se trataba

-- Padre... -- susurró

-- Cómo te encuentras hija mía. Ha pasado tiempo -- resonó esa voz amable y rasposa que ella tanto conocía

-- Una pregunta innecesaria para alguien que lo sabe todo -- respondió sin un ápice de ofensa

ÉL rio -- Solo quiero platicar con mi hija -- añadió amablemente -- He escuchado el resonar de tu desesperado corazón y no me gusta lo que dice

Freya se quedó en silencio temblorosa al ser expuesto por su Padre lo que ella se esforzaba por reprimir

-- No deseo ser castigada, pero si esa es tu decisión la obedeceré como es debido -- respondió cabizbaja ya al borde del llanto

-- Y yo no deseo castigarte, no lo mereces

Ella elevó la mirada al cielo sorprendida esperando una mejor explicación

-- Quiero hacerte un regalo. He colmado a los hombres de presentes y tú jamás me has tratado de injusto, te mereces algo hermoso, tanto como lo que puedes ofrecer

Freya le dedicó una mirada curiosa, en su totalidad sorprendida por aquello. Jamás le había pedido nada a su Padre y ahora ÉL le ofrecía algo solo para ella. O eso creía

En un instante cayó de rodillas al suelo estrechando sus manos suplicante apoyando su frente en la fría tierra del bosque inundando su nariz con el aroma de la humedad por las recientes lluvias y permitiendo que sus lágrimas expresaran al fin su frustración deslizándose por sus mejillas 

-- Padre, no merezco nada tuyo, me basta con escucharte. He sido desobediente y he dejado mi tarea al descuido. Me he dejado influenciar por mi hermano y ahora quieres darme un regalo? -- sollozó -- No soy digna de estar de pie ante ti siquiera. Perdóname Padre

ÉL sonrió amoroso ante su hija suplicante, diminuta pero inmensa 

Con una brisa acarició la espalda encorvada de Freya en el suelo, pasó hasta sus mejillas para secar sus lágrimas honestas. Un sentimiento de calidez desbordó más llanto por parte de ella, dejando al descubierto su corazón herido lleno de culpa 

-- Jamás dudes de lo que eres para mí y de lo capaz que puedes llegar a ser

Freya asintió levemente aún de rodillas con el rostro escondido avergonzada pero muy agradecida en el fondo de su ser 

-- Ahora hija mía, solo duerme, sueña. Al despertar todo estará mejor

Entre ecos la vos de su Padre se fue desvaneciendo

Los ojos de la joven fueron cerrándose por la repentina ola de sueño acompañada del consuelo de su Padre se permitió quedarse dormida aún sintiendo la humedad de la tierra envolver su desnudo cuerpo, pero estaba tan cansada...


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el Amor de MorfeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora