Me estas viendo, me observas fijamente, estás en un lugar que piensas que puedes ver sin ser observado y en tu regocijado rincón oculto, disfrutas de los pasos de los viandantes que pasamos por tu encuentro, haciendo un alborozo de júbilo, desde la penumbra de tu lecho, donde las intenciones se convierten a dos bandos.
Una de las dos espectaciones hacer la crítica de las compatibilidades a comparar con las propias, siendo las de accionar los puntos vagos de la motivación, para una continuidad de marcha, con movimientos de precaución, a las consecuencias de mantener lo establecido sin aceptar retorno o pérdidas de lo ya conseguido, tan solo se puede como mucho transformar la causa del contenido.
La otra opción es el encuentro con las incompatibilidades, que al no aceptarlas, sin saberlo son las que hacen estar en el rincón oscuro, observando el movimiento ajeno, siendo esta situación la actitud de desprecio, para no profundizar y no sentirse vinculado, se actúa con ironía, falta de interés, desprecio a los que puedan inducir a la comprometida situación y actuando cuando se sale del rincón de forma arritmica, sin dar detalles, para no ser descubierto de las no reconocidas propias carencias.
Para convivir con las dos compatibilidades, hay que identificarse de la misma manera que el observador, poniéndose en situación ajena, en sentido de comprensión de víctima, con intención de superar el encuentro de las actitudes de todas las personas, a través de la sencillez y con actitud de cercanía, comprendiendo que todo individuo puede tener situaciones similares.
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La Línea Paralela 2
SonstigesLa Línea Paralela 2 Relatos de Reflexión Escritos de Amor Felicidad y Sentimientos