311.- LAS PIEDRAS DEL CAMINO.

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Las consecuencias las he ocasionado, 

Sin ningún tipo de intenciones me las encontré hace unos días,

Fui a andar por un camino del monte, el suelo estaba bastante desigual, se habían formado surcos, algunos muy pronunciados con restos de aguas retenidas y con barro, complicado para el paso de vehículos, ¡Pero bueno!, Como el recorrido lo hice a pie, pude realizarlo sin ningún tipo de complicaciones, viendo paisajes que alimentaban y motivaban mi diversión panorámica de continuar experimentando las espectaculares vistas paisajísticas que el entorno me regalaba.

El viento me daba a la cara, 

Me sentía bien hallado en el entorno a mi paso con la frondosa arboleda, 

El Sol me caldeaba sin abrasarme de calor con la complicidad de las sombras y luces, 

Estaba integrado y envuelto entre el sonido de las aves en sus continuos vuelos por los lugares que iba andando.

En mi trayecto observé el detalle en mí, del aviso sonoro en mis pasos, en ver ante mi rodar unas piedras, donde anteriormente al comenzar mi andadura no me percaté de su existencia en el camino; aunque estuvieran no era consciente de ellas.

Resulta que al andar con mis píes las iba moviendo y en su rodar unas movian a otras..., 

Unas se quedaban prácticamente en el mismo sitio,

Entre ellas de forma espontánea se ponían a hacer un troteo sin rumbo, cayendo a los surcos embarrándose..., 

Otras se salían del camino quedándose en las orillas..., 

Algunas en su rodar se depositaban por las laderas del camino, encontrándose con otras que habían tenido el mismo trance..., 

Las había en su rodar que al chocar con otras se quedaban quietas haciéndose salir disparadas a las que estaban allí quietas terminando en el lugar más impredecible,

Lo más sorprendente es que algunas piedras bajaban por barrancos sin saber el destino de su viaje, alojándose en parajes de incógnito, sin ver su paradero a un lugar donde en millones de años nunca habían imaginado establecerse, sin pensar que fueran a llegar a ese lugar.

Ahora cada una de ellas habían encontrado un nuevo hábitat; solo porque en ese momento se me ocurrió pasar por ese lugar, con la casualidad en mi andar de mover posiblemente con un pequeño tocado de mi zapatilla en el desliz de su movimiento dirigirse a otros Mundos.

<Con esta situación la Vida en ocasiones incluso en determinadas situaciones muy casuales, el movimiento de las causas de las acciones lleva a otros encuentros a veces imposibles de predecir, habiendo que aceptar las consecuencias, en ocasiones de agrado, en otras de disconformidad>.

Ver "El Último de la Fila - La piedra redonda" en Youtube 

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