Lo que quieres hacer, lo tienes muy fácil de conseguir, existen dos formas de lograr lo que guía la razón, con distintos procesos en su realización y con los mismos resultados de ejecución.
Al fin y al cabo, la conclusión es la iniciativa por lo que se comienza el designio, si no hay determinaciones hay que insistir en continuar, para hallar nuevas soluciones o transformar, para que exista y tenga sentido el objetivo, para continuar posteriormente a otros futuros proyectos.
La primera opción mental es participar en la marcha del procedimiento, con la manera de actuar como componente instrumental de la realización a elaborar bajo un programa concreto, con unas medidas y pautas establecidas para su realización; es actuar con el síntoma de admiración, donde el objetivo es venerado y muy cuidado en su labor de actuación, donde el o los que hacen, tienen sus propias normas personales separadas del seguimiento, teniendo que adaptarse a la gestión de sacar el propósito, haciendo signos festivos con el logro de conseguir sacar el cometido de las funciones.
La segunda opción, es integral, es ser uno o unos el propio objetivo; consiste en implicarse totalmente en la causa, siendo uña y carne en el desarrollo de la propia experiencia, donde la elaboración, los movimientos, los esfuerzos comunes se consideran como propios y la identificación del proyecto es la propia identidad del realizador, con interpretación individual o del equipo, con las mismas características personales de realizar los propios principios y cuando la conclusión llega al resultado, la celebración es ajena, por los que van a beneficiarse.
Socialmente somos dos tipos de individuos, los extrovertidos realizan los objetivos para demostrar que cumplen para otras personas y los introvertidos que realizan los objetivos para cumplir con ellos mismos en beneficio a otras personas.
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La Línea Paralela 2
CasualeLa Línea Paralela 2 Relatos de Reflexión Escritos de Amor Felicidad y Sentimientos