Capítulo 6: Todo el Tiempo del Mundo

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"¡No, no, no!"

Era un día lluvioso, la lluvia más pesada que Gura ha visto en mucho tiempo; los truenos la acompañaban de fondo mientras el sonido de la lluvia en sí era lo suficientemente ruidoso como para que sus gritos fueran imposibles de escuchar para otras personas.

Este día comenzó de manera similar a aquel donde sucedió lo que la llevo aquí, Amelia se despertó con su reloj ya sin funcionar, esta vez se dirigió a su oficina donde estaba Gura, todavía dando vueltas a los diferentes papeles que tenían hasta ahora. Amelia se sintió inútil al saber que su tiempo probablemente ya había terminado, que no podría cumplir su promesa a Gura de continuar con esto, que seguiría dejando a Gura sola después de todo este tiempo.

Caminaron por la ciudad mientras discutían las muchas notas que tenían, Amelia seguía sin decirle nada a Gura sobre el reloj por si acaso tenía la oportunidad de no dejar que Gura la viera desaparecer frente a ella, una oportunidad que no tuvo al final del día cuando el reloj empezó a morir en medio de este día lluvioso, sintió un gran dolor en su corazón cuando el reloj estaba a punto de terminar su ciclo.

Gura sintió que esto era demasiado parecido mientras se acercaban a ese karaoke, trató de ignorarlo pretendiendo que esta vez no pasaría nada, pensando que aún faltaba algo de tiempo para que el tiempo de Amelia terminara, pensando que su oportunidad de salvarla no había terminado.

"Quédate conmigo Watson... por favor... por favor quédate..."

Sus lágrimas no eran fáciles de distinguir debido a la inmensa lluvia, y sin embargo, Amelia podía ver y escuchar claramente lo devastada que estaba Gura; pero todas sus fuerzas se esfumaron, siendo incapaz de abrazar a su mejor amiga por sí misma.

"Watson... por favor... prometiste que seguiríamos buscando pase lo que pase... ¡lo prometiste boba...!"

Dijo Gura mientras la abrazaba entre sus brazos, tenía el mismo frío que aquel fatídico día, que ahora parecía haber pasado hace cien años, tal vez más de cien. Todo el calor que tenía cuando empezaron esta investigación ahora se había esfumado, no sentía el consuelo que Amelia solía darle, no sentía esa paz que tenía al abrazarla, se sentía frustrada al saber que no podía hacer nada al final del día, y su tristeza solo crecía más cuando Amelia se esforzaba por siquiera responder.

"Ame... por favor... puedes hacerlo... por favor... por favor... no después de haber estado tan cerca Watson... por favor..."

Le mostró a Watson esa lista de líneas de tiempo, lo que antes era solo una hoja en su escritorio ahora era un libro con muchas anotaciones de cada línea de tiempo, los pequeños detalles que pudieron obtener de cada Watson que llegaron a conocer.

A medida que encontraban más líneas de tiempo, algunas de ellas parecían saber más de la cosa, descripciones muy vagas del lugar donde el tiempo no existía, leyendas de otros Watson que acabaron entrando en ese lugar sin morir en el proceso, supuestamente, un vasto desierto donde acabarían todos los Watson. Pero por mucho que preguntaran a la Guardiana del Tiempo, o por mucho que buscaran al menos a una de las Amelias que de alguna manera llegaron allí, acabaron sin nada. Kronii dijo una y otra vez que no sabía nada, y la mayoría de las Amelias parecían saber aún menos que ésta.

Lo intentaron una y otra vez, acercándose un poco más cada vez que encontraban a alguien que sabía de ese lugar, y sin embargo, nadie sabía cómo localizarlo, nadie sabía cómo entrar en ese lugar o si era posible siquiera hacer que el tiempo continuara al entrar. Parecía inútil continuar en algunos puntos, y aun así Gura no quería detenerse, no quería renunciar a la posibilidad de tener a Amelia sólo un día más, y tampoco quería que Amelia se rindiera.

"Gura..."

"¿Qué... qué?..." dijo Gura mientras se le quebraba la voz

"Nos acercamos bastante Gura... ¿no es suficiente...?"

Hasta que la Lluvia se DetengaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora