Otra noche lluviosa estaba a punto de terminar cuando Amelia desapareció una vez más, dejando su reloj junto a una solitaria tiburón. Al igual que la primera vez, estaba usando el abrigo de Amelia, con el reloj de Amelia en la mano.
"¿Por qué...?"
Gura estaba sentada sobre sus rodillas, concentrándose únicamente en el reloj mientras se limitaba a pulsar aquel botón rápidamente al igual que aquella primera vez, sin intentar activarlo, sino simplemente descargando su frustración en algo.
"Yo... no puede ser... debe haber otra manera..."
Siguió presionando el botón, tenía ese libro de líneas de tiempo con ella como cualquier otro reinicio. En este momento, el libro estaba casi completamente lleno con todas esas notas, con todos los intentos fallidos que tuvieron a pesar de lo mucho que intentaron buscar otra respuesta, el resultado de años y años tratando de encontrar algo que pudiera salvar a Amelia, todo en vano hasta este momento.
"No... yo... tiene que haber..."
Después de aquel día en la oficina en el que entró otra Amelia, diciéndole que no había otra forma, no pudo dejar de pensar en lo que dijo, en que no había otra forma de hacerlo, en que no había otra respuesta que pensar que era imposible. Quería demostrar que estaba equivocada, desafiar las reglas del viaje en el tiempo si era necesario para dejar que su rayo de sol brillara un día más. "No importa lo que cueste" pensó mientras ponía el pulgar en ese botón una vez más, pensando que a pesar de lo que dijera la otra Amelia, tenía que hacerlo, tenía que reiniciar una vez más... sólo una más.
"Gura..."
Oyó una voz familiar detrás de ella, volviéndose sólo para encontrarla; aquella Amelia que la enfrentó años atrás con aquel misterioso reloj, la Amelia que casualmente era la que ha estado en aquel desierto.
"Gura... por favor... no lo vuelvas a hacer".
"¿Por qué... por qué te esfuerzas así en intentar detenerme?"
"Gura, no puedo dejar que sigas así. ¿No lo ves?"
"¿Qué? ¿¡Qué debo ver, que no hay otra respuesta y dejar que mi sol se vaya!?"
"No... eso es..."
"¡Ya te dije que no puedo dejarla ir así! Y continuaré no importa lo que cueste..." dijo mientras se levantaba, caminando hacia Amelia mientras sus colores empezaban a parpadear en rojo.
"No puedo dejarte..." Dijo Amelia mientras agarraba la muñeca de Gura, la que tenía el reloj.
"¡Oye, suéltame!"
"Gura, no puedo dejar que sigas así... ¡ya ni siquiera eres tú misma!"
"¿Cómo puedes saberlo? ¡Ni siquiera eres mi Amelia!"
"Lo sé, pero..."
"¿¡Pero qué!? ¿Aún no puedes dejarme seguir intentándolo?"
"¡No se trata de intentarlo, idiota! No se trata de mí, ¡ni siquiera se trata de ti!... Se trata de ella..."
"¿Ella?" Gura pensó al escuchar a Amelia decir eso, sabía perfectamente que se refería a su Amelia, la Amelia que lleva muchos años intentando salvar, la persona más importante de su vida, y por eso, no podía dejar que esta otra Amelia dijera algo así.
"No te atrevas a mencionarla..."
"¡Gura, tu Amelia! Lo que estás haciendo... ella..."
"He dicho... que no... la menciones..."
"¡Cómo no voy a hacerlo si todo lo que le está pasando ahora es culpa tuya!"
"¡Deja de mentir!" Dijo Gura mientras empezaba a pulsar el botón del reloj una vez más, dejando que las luces del mismo la rodearan.
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Hasta que la Lluvia se Detenga
FanfictionTodos los viajeros del tiempo tienen el mismo destino, ese era un hecho que Amelia nunca pudo ni quiso aceptar hasta que era demasiado tarde, y mucho menos Gura. Portada por: @Dino_illus (Twitter)