Capítulo 7
El primer asalto.
(Narrador omnisciente)
Camille despertó debido al sonido proveniente de su celular. La alarma. Dicha alarma sonó hace dos horas, pero decidió ignorarla y seguir durmiendo en vez de salir a correr, como todas las mañanas.
Empieza a estirar cada musculo de su cuerpo aun la cama, tal acción la hace parecer una lombriz en medio del sol.
Al otro lado de la ciudad, una melodía de música clásica empieza a sonar en el lujoso dormitorio de Meredith. Los cortineros electicos dejan a la vista el gran ventanal blindado por el cual entra la luz matutina.
Blanchett hace a un lado las sábanas negras de algodón egipcio. Se sienta dejando sus pies fuera de la cama y estira sus brazos hacia arriba dando un pequeño bostezo. Rodea sus pies de unas sandalias Chanel del mismo tono que las sábanas.
Por otra parte, Camille logra levantarse sintiendo los ojos pesados, deseando más minutos de sueño.
Entra a la minúscula ducha con pasos torpes. Abre la llave de la regadera haciéndola rechinar, espera el flujo del agua caliente.... Esta no sale porque han olvidado pagar el servicio del gas, los dueños del departamento habían advertido que estaba por acabarse. Por lo tanto, le toca ducharse con agua helada.
Mientras tanto, Meredith camina hacia la ducha con la misma postura elegante. Después de haberse puesto su bata de satín, claro.
Ni recién despertada camina encorvada...
Entra al enorme cuarto de baño pisando el suelo de mármol.
A esta chicha le gusta mucho el mármol y el color negro...
Deshace el moño de la bata y la avienta a su cama.
¿Para qué se la pone si poco después se la iba a quitar?
Saca por su cabeza el pijama hecho de la misma tela que la bata y la deja en la enorme barra del lavamanos. Quita el pequeño short a juego con la bata y blusa dejándolo en el mismo lugar.
Se deshace de sus bragas de encaje y las deja en el suelo.
Por el espejo, observa su rádiate cuerpo desnudo. Satisfecha, desvía la mirada y gira sobre sus talones encaminándose a la regadera.
Opime algunos botones haciendo que suelte agua al gusto de Meredith.
Luego de que ambas mujeres terminaran su ducha empiezan a hacer su rutina diaria de maquillaje.
Meredith termina de maquillarse y la estilista entra a su habitación, secando su cabello y formando unas pequeñas ondas haciéndolas ver natural.
Tanto la morena como la rubia, están listas para salir al exterior y empezar su día.
Alguien llama a la puerta del apartamento de Camille, pero quien abre la puerta no es ella, si no su amiga con la que casi no ha hablado últimamente, cabe aclarar.
Louisa se queda parada dubitativa con la mano en la puerta, esperando a que el chico desconocido hable.
Ambos se aclaran la garganta al mismo tiempo, pero el joven es el primero en hablar.
—¿Es el departamento de Camille Thivaios? —inquiere el muchacho.
Está un poco confundido, preguntándose si ha llamado a la puerta correcta.
—Ah... —duda en responder, pero al final asiente—Si.
—Soy Steve —se hace conocer.
Ella no le da su nombre, simplemente pide que espere en lo que llama a Camille, quien va saliendo de su habitación.
ESTÁS LEYENDO
celeste ©
RomanceLo único que deseaba Camille era alejarse de todo lo que la rodeaba, empezar una nueva vida, libre de mentiras, libre del mal, únicamente ella y su mejor amiga. Esos eran sus planes. Sin embargo, desde que se topó con aquella chica de ojos celestes...