Perseo y el rey estaban atentos a mis palabras. De mi boca no emanó nada más. Mi mano señaló de inmediato al morral de Perseo y fui incapaz de decir algo. Solo un balbuceo tonto se escapó de mis labios.
El rey arrugó la frente. Perseo vació el morral y de este cayeron el casco de invisibilidad del dios Hades y la cabeza cercenada de Medusa. El casco lo había obtenido para poder matar a Medusa, al igual que los zapatos alados de Hermes. Nunca se iba a imaginar que ambas cosas ya estaban destinadas a usarse en esta situación y mucho menos, que un muchacho como yo le diera la respuesta.
Sin embargo, Perseo me miró confundido, cómo si no entendiera del todo lo que eso conllevara. Decidí explicarle la solución que Atenea había colocado en mi subconsciente:
—No podrás matar al monstruo con un arma convencional. Ninguna espada o lanza podrá traspasar su gruesa piel —lo decía por experiencia. Solo los gruesos colmillos de otro monstruo podrían hacerle alguno que otro rasguño—. Debes convertirle en piedra con el poder de Medusa y luego destruir la estatua con tu espada.Perseo no esperó ni un segundo más. Agarrando la cabeza desde el cabello de serpientes, voló hasta donde se hallaba Andrómeda con la ayuda de los zapatos alados.
Observé como se alejaba a toda velocidad y eché a correr tras de él. Había cumplido mi misión y quería ver el desenlace de la historia.

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4. El mar hostil [BG#4]
Conto★COMPLETA★ Un marinero intrépido y orgulloso. Un hijo temeroso y débil. Un viaje por el océano que sale mal gracias a una espantosa tormenta. Y ahora Akila está solo a merced del furioso océano. Aunque tiene suerte de que algo lo observaba desde...