Brendan Jhonson, un chico de Irlanda en el año 1904, empieza a escuchar la hermosa melodía de un violinista, pero al no saber su identidad, y cada vez mas obsesionado, decide ir en busca del artista. Pero al encontrarlo, empieza una bella historia d...
Al siguiente día, como cada domingo, Brendan y su familia fueron a la iglesia. Y después de que terminara la misa decidieron aprovechar que estaban en el pueblo:
- Yo iré a comprar cosas para la cena de hoy. -Yo voy contigo. - dijo con cariño Adara a su madre.
- Yo voy a hablar de unas cosas con el señor Byrne, dijo que tenía que decirme algo importante.
- Bueno, creo que yo iré a saludar a mis viejos compañeros del colegio. - dijo Cian mientras se alejaba caminando.
Brendan al haberse quedado solo y sin nada que hacer, se puso a caminar. Estaba pasando en frente de una panadería cuando nuevamente empezó a escuchar el sonido del violín. Esta vez tocaba otra melodía, pero era igual de hermosa que la anterior. Empezó a correr lo más rápido que pudo, siguiendo la melodía, y cuando llegó al final de la calle... Lo vio. Era un pequeño y curioso cuarteto: un joven adulto tocaba la guitarra, una joven tocaba el bodhran, una niña pequeña tocaba la flauta... Y un joven apuesto tocaba el violín. Brendan solo se quedó quieto presenciando al elegante violinista, que aunque carecía de nuevos o elegantes ropajes, tocando el violín tenía un aspecto sorprendentemente sofisticado... inclusive se podría decir que le parecía un poco atractivo. En frente del cuarteto, sobre el piso, había una pequeña boina. Pero estaba vacía.
Brendan se sacó 1 penique de su abrigo. No era mucho, pero pensó que les serviría más a los músicos ambulantes. Y cuando dejó caer la moneda en la boina, por primera vez el cuarteto noto la presencia de Brendan. El violinista vio (sin dejar de tocar) la boina, y después a Brendan... Sus ojos se conectaron por un instante, como algo simplemente... Mágico. Le sonrió, y Brendan hizo lo mismo. Pero de repente alguien grito:
-¡USTEDES VÁNDALOS, SALGAN DE LA CALLE PRINCIPAL!.- dijo un policía.
La música se detuvo. Los músicos tomaron todas sus cosas y salieron corriendo de ahí... Pero el violinista se detuvo, giro hacia Brendan, e hizo una reverencia (Brendan sintió como se prendieron sus mejillas, solo un poco) y se fue. El oficial de policía llegó con Brendan dando soplidos cansados:
- ¿CUÁL ES TU PROBLEMA NIÑO? ¡DEJASTE QUE ESCAPARAN, HACE MESES QUE LOS SIGO, PUEDE QUE SEAN UNOS DELINCUENTES! Y...
Pero Brendan ya no podía sentir (ni escuchar) otra cosa más que los latidos de su corazón, y la sensación de calor en sus mejillas.
