WHITE BIRD

CAPITULO 9

KARA'S POV

J'onn llegó muy temprano en la mañana junto al personal que me ayudaría a desmontar los candelabros, y las piezas que eran muy pesadas

- Ha quedado perfecto – dijo él una vez llegamos a la sala de té

- ¿te parece? –

- sabía que eras la indicada para devolverle la gloria a este lugar –

- gracias por confiar en mi – sonreí

- ¿Cómo lo has pasado? –

- ha sido entretenido, el asunto de los candelabros era algo que me retardaba –

- la heredera dijo que podías usar la torre como depósito para todo lo que saques de aquí –

- son muchas cosas, no van a entrar en ese sitio –

- ¿ya lo has visto? –

- si, como exploración... ¿crees que la heredera quiere que restaure lo que está allí? –

- puede que sí, la mayoría del mobiliario de este lugar está entero, son antigüedades muy valiosas –

- me tomará muchísimo tiempo... -

- por eso te lo advertí Kara, todavía puedes pedir ayuda –

- no, no quiero que nadie toque esta ciudadela – fruncí el ceño – esta obra es mía –

- pero te agotarás –

- no me importa... solo necesito los materiales, sabes que siempre surgen nuevos requerimientos –

- está bien, no me meteré en tu obra – suspiró

- lo único que voy a necesitar es que me ayuden para instalar las tuberías y el cableado – puntualicé – de resto... nada más –

- cuenta con ello entonces –

- perfecto – sonreí

Los obreros sacaron todos los candelabros de la casa y los llevaron a la torre, también las mesas y sillas

- ¿y esto? –

- no, el clavicordio se queda – fui enfática

- está bien – subimos a la segunda planta, desocupamos todas las dependencias...

- ¿y esta habitación? – quiso abrirla, pero no se lo permití

- es la habitación de la duquesa –

- ¿no hay candelabro?, la cama, el closet y demás cosas... son pesadas –

- no... me encargaré por completo de esta habitación –

- que acaparadora me saliste –

- sabes que tengo lugares favoritos... no quiero que nadie ultraje este espacio... -

-está bien, será como quieras –

Él se marchó junto a los obreros para comprar los otros materiales que necesitaba, quedó en volver para que siguiéramos hablando

- no dejaré que nadie toque tus cosas – dije en cuanto entré a la habitación, me acerqué al tocador... y como parte de mi rutina agarré la hoja envejecida, la desdoblé para leer el contenido una y otra vez... esa letra hermosísima me atontaba...

"querida Lena.

Me halaga que desees saber un poco de mí, no pensé que mi vida pudiera ser interesante para alguien... así que, en favor a tu curiosidad responderé tus preguntas...