CAPITULO 12

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LENA'S POV

Me encontraba preocupada porque él no me había escrito... ¿estaba molesto por algo?, ¿le ocurrió algo?, esperaba que solamente estuviera ocupado...

- ¿Lena? – Mike me estaba llamando

- ¿si? – estábamos desayunando

- ¿os pasa algo? –

- no –

- ¿Qué puede atormentaros? Lo tenéis todo aquí – esa odiosa chiquilla me sacaba de quicio...

- no me ocurre nada – mi humor esta un poco volátil, no estaba dispuesta a tolerar absolutamente nada

- me gustaría que saliéramos hoy –

- no puedo... iré a casa de Lady Samantha – me excusé

- oh... está bien –

Mike tenía alguna clase de consideración con Sam, como su marido vivía lejos y ella no tenía a nadie de confianza en su círculo, él quería quedar bien con ella... para en algún momento, si Dios no lo quería y su marido pasaba a mejor vida, él pudiese administrar los bienes en mi amiga, alegando compasión... que idiota...

- Lena... que bueno que habéis venido – Sam me saludó

- necesitaba veros – me senté a su lado

- ¡claro! ¿os apetece un poco de té? –

- si, por favor –

- Alex, por favor, traednos té –

- a sus órdenes – ella salió de la sala, cerrando

- ¿Qué os pasa? –

- Viento... -

- ¿pasa algo con él? '-

- no... no me ha dejado misivas –

- oh... -

- ¿Qué pudo ocurrir? –

- no lo sé – suspiró

- ¿le habéis escrito de vuelta? –

- si, le dije que me encontraba preocupada, y que en caso de que necesitara algo... se comunicara conmigo –

- bueno, solo queda esperar, tal vez está ocupado... o ha perdido la conexión con vos –

- ¿creéis eso? – pregunté, un agudo dolor en mi pecho surgió por el pesar de esa posibilidad

- no lo sé todavía –

Me sentía muy mal ante la posibilidad de haber perdido nuestra curiosa conexión, de alguna manera sus misivas hacían más felices mis días, cada alborada era una expectativa, porque no sabía que esperar de él, en verdad esperaba que solo se encontrara ocupado...

Llegué a mi habitación, y la dicha me invadió al ver objetos desconocidos sobre el tocador

- no bajaré a cenar – dije a mi doncella – decidle a mi marido que he merendado en casa de Lady Samantha – necesitaba que me dejara sola

- sí, mi señora – en cuanto ella cerró la puerta, corrí hasta el tocador... sobre el había dos cajas de chocolates, y un sobre, presurosa abrí la misiva, pero a medida que iba leyendo, un extraño sentimiento subía por mi garganta, un enfado visceral se apoderaba de mi ser... yo tan preocupada por él, y él... saliendo con una dama

- ¿pero quien se ha creído? – vociferé

Tomé las cajas y la hoja, abrí el armario y tiré todo allí, luego salí de la habitación, cerrando la puerta con mucha fuerza, bajé las escaleras y llegué al comedor

WHITE BIRDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora