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Cada día que pasaba, cada semana y mes Kei se iba haciendo cada vez más grande y destructiva, comenzaba a tener pena por mi madre que había tenido que lidiar con dos así en el pasado, si antes no le creía, ahora estaba segura, mi hija era mi karma en persona, era igual de destructiva que Keisuke y yo juntas, en solo una pequeña persona de apenas dos años...

Y si dudaban que lo pirómano se heredara, déjenme decirles que si lo hace, no había incendiado nada, aun, sobre todo porque no se quedaba sola ni un momento, pero amaba el fuego y cuando Koko incendiaba algunos documentos, ella se aferraba a él con fuerza para estar cerca de ese desastre

Encantador ¿No creen?

Amaba y adoraba a mi hija, pero debía admitir que era un peligro y si seguía así, en el futuro sería incluso peor que Izana, con quien adoraba pasar tiempo ya que era el que más la consentía de todos, incluso más que sus padres y por ello, era a quien buscaba cuando hacia sus odiosos berrinches...

Había terminado con el papeleo que Koko me había pedido revisar esa mañana y como se estaba acercando la hora del almuerzo decidí ir hacia la cocina para prepararle algo de comer a Kei

Al llegar al piso lo primero que vi al entrar a la sala fue a Kakucho sentado en el suelo con ella que estaba muy entretenida jugando a su lado mientras él leía algunos papeles

Kakuchan- me acerqué a ellos- ya terminé mi trabajo, yo me encargaré de ella, gracias por cuidarla

No hay problema, es muy tranquila- afirmó

Si, cuando está contigo- reí

¡Mamá!- la pequeña azabache estiró sus brazos hacia mí y la tomé rápidamente entre los míos

Hola cariño, ¿Me extrañaste?- pregunté besando su cabeza

Sí, mucho- se acurrucó contra mi pecho

Bien, vamos, me acompañaras a cocinar para que Kakucho pueda trabajar tranquilo, dile adiós- dije poniéndome de pie

Adiós tío Kuchan- lo saludó con la mano y negué divertida

Por lo que tengo entendido nosotros e Izana somos los únicos en el edificio ¿Verdad?- pregunté caminando hacia la concina y asintió- bien, prepararé el almuerzo a los cuatro entonces, los llamaré cuando termine

De acuerdo, gracias Mei- gritó cuando salí de la sala

Bien, ¿Quieres ayudarme?- miré a la pequeña que asintió efusivamente y la senté en la encimera- de acuerdo, ten- le entregué un plátano y uno de los cuchillos de plástico de ella que no cortaba ni siquiera el agua- hazla trocitos cariño

Mientras la veía pelear por quitarle la cascara aproveché para acercar todo lo que necesitaría y al tener todo le abrí el plátano a Kei que ya se encontraba golpeándolo frustrada contra la encimera

Reí viendo como entrecerraba sus ojos violetas antes de comenzar a destrozar el plátano a mi lado, esa mirada llena de enojo me recordaba tanto a la del Haitani mayor cuando se ponía de mal humor, ella era la copia de ambos hermanos, tenía un lado dulce y adorable igual que Rindou y uno aterrador como Ran

Mira mamá- levantó su mano llena de plátano y la acercó a mi rostro- está rico

¿En verdad? A ver- abrí mi boca y metió un poco en ella- wow, delicioso cariño, ¿Lo probaste tú?- asintió metiendo su mano en su boca y negué divertida

Hacer que comiera era todo una tortura, sobre todo porque solo lo hacía en las piernas de Ran o Rindou, si ellos no estaban no lo hacía, bueno, había otra excepción, pero solo porque él le daba lo que sea que ella pidiera

| Without you | Hermanos Haitani | +18 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora