9_Peligro

508 43 27
                                    

18 de Julio de 1978, Denver, USA

{Billy}

Desperté gracias a mi peludo amigo, quien estaba energético. Bastante para mi gusto.

Tomé una ducha rápida y revolví mi armario buscando algo decente para usar: unos jeans oscuros, una remera blanca con las mangas negras y unas Converse negras.

—¿Adónde vas tan arreglado? –preguntó mi papá mientras desayunábamos.
Terminé de tragar el cereal —Me invitaron a un partido de béisbol.
—¿Irás con alguien?
—Sí, con T/n –respondí sonriendo para luego seguir desayunando.

Una vez que terminé, lavé los trastes y fui de una corrida al baño para chequear mi cabello. Como estaba perfecto, decidí que era hora de buscar a mi chica.

—Vamos por T/n –le dije a Billy Jr. abriendo la puerta, él automáticamente salió corriendo de casa. Reí y cerré la puerta detrás de mí–. Bien, amigo, sé que estás emocionado, pero ten paciencia –subí a mi bicicleta y, tan pronto empecé a peladear, mi “hijo” comenzó a correr.

Con la emoción a flor de piel por tener una cita con ella fui pedaleando hasta su casa. Faltaba menos de dos metros para llegar a su puerta cuando la vi salir, eataba tan hermosa y radiante como el Sol, tenía puesto unos shorts de jean color celeste, una blusa sin mangas rosa floreada, unas Converse blancas y una vincha del mismo tono que la blusa.

Sonreí tan pronto como la vi... Pero esa sonrisa y toda mi emoción se fue por la borda al ver cómo Bruce salía detrás de ella sonriendo como un idiota enamorado.

—¿Cómo está el repartidor de periódicos más hermoso del planeta? –se acercó apenas bajé de la bici y dejó un beso en la comisura de mis labios.
Sonreí —Mucho mejor ahora que veo a mi hermosa novia –resalté esas palabras, luego la tomé por la cintura posesivamente y la besé. Cuando terminé el beso la solté y miré a Bruce–. Hola.
—Hola Billy... ¿Ya vamos?
—Sip, así no llegaremos tarde –respondió ella subiéndose a su bicicleta.

Anduvimos pedaleando hasta el campo de béisbol durante unos cinco minutos. Cuando llegamos, dejamos las bicis encadenadas a un bicicletero, y Bruce se fue con sus compañeros de equipo, dejándonos a mi novia y a mí solos. Bueno, no tan solos porque estaba lleno de gente, pero se entendió.

—¿Por qué Bruce estaba en tu casa?
—Mi casa le quedaba de paso y sabes cómo es mi mamá, lo hizo entrar y nos sirvió limonada.
—Mmmh.
—Ooooh, ¿estás celoso?
—No.
—Sí, lo estás~.
Desvié la mirada hacia el costado —¿Celoso? Pfff, nada de eso.
Tomó mi mentón e hizo que la viera —Señorito Billy Showalter de Nyras, usted está celoso y no puede negarlo.
—¿De Nyras? ¿Así que tengo tu apellido?
—Algún día nos casaremos y tendrás que usarlo.
—Entonces tú también deberás usar el mío, señorita T/n Nyras de Showalter~ –dije canturreando ya sobre sus labios, para luego dejarle un sonoro beso.
—No tengo problema. Es más, podemos usarlos desde ahora mismo.
Sonreí y entrelacé nuestras manos —Sería un honor tener el apellido del amor de mi vida.
Un leve sonrojo se instaló en sus mejillas —¿Soy el amor de tu vida?
Asentí —¿Alguna vez te demostré lo contrario? –esta vez besé su mejilla derecha y en cuestión de segundos me devolvió aquel gesto.

{T/n}

Una vez que entramos a la parte de las gradas, pude localizar a Gwen con la mirada, ahí también estaban Donna y una amiga suya. Así que ambos fuimos hasta donde estaban y nos sentamos junto a ellas.

—Hola chicos –saludó Gwen con un tono alegre.
—Hola –respondimos de la misma forma.
—T/n, estás muy linda –me sonrió Donna.
—Muchas gracias. Tú también estás muy bonita.
—Ten cuidado Billy, te quedarás sin novia –dijo la amiga de Donna riendo.
Él soltó una risa —Lo siento, T/n es mía y no la dejaré ir tan fácil –besó mi mejilla y las chicas soltaron un chillido de emoción.
—Realmente son una pareja hermosa –halagó Gwen.
—Gracias –dije sonriendo.

...

—¡Vamos Finney! –gritamos Gwen y yo.

Ambos equipos estaban empatados, pero el de Bruce ya tenía dos strikes, y si Finney anotaba un homerun ganarían el partido.

Yo estaba en un dilema: ¿A quién alentaba? ¿A mi mejor amigo? ¿O a mi otro mejor amigo?

Decidí apoyar a los dos. O sea, alentaba tanto al equipo de Finney como al de Bruce. Gracias a eso, algunas personas me miraban extraño. Pero no me importó y continué gritando.

—¡Vamos número 27! –decían algunos.

Finney nos miró y le sonreímos.

Fijó la mirada en el brazo de Bruce y lanzó la pelota.

Bruce logró batearla y luego salió corriendo. Finney intentó atraparla pero no lo logró.

Giré mi cabeza y vi que Donna y su amiga se levantaron, al igual que la mayoría de las personas.

{Bruce}

Al terminar el partido, ambos equipos formamos una fila para saludarnos y dar por terminada la competencia de una forma amistosa.

—Me impresionó tu brazo... Casi me ponchas –le dije a Finney sonriendo y estrechamos las manos.
—Gracias –esbozó una pequeña sonrisa y se fue.
—¡Estuviste genial! –dijo T/n viniendo hacia donde yo estaba parado.
—Tu apoyo me sirvió mucho, escuché todos tus gritos de aliento –sonreí y nos abrazamos.

No me malentiendan, al principio estaba muy enamorado de ella, pero luego me di cuenta de que la quería como una amiga. Así que dejé de lado esos sentimientos.

...

Iba andando en bici de regreso a casa, ya que nuestro equipo había ido a la casa del entrenador para celebrar la victoria haciendo una parrillada. 

Mientras las personas pasaban caminando, yo las saludaba. Y luego de saludar a unas chicas, un ruido hizo que me volteara, ¡era un mini cohete! Seguramente había sido Finney el responsable, a él le gustaba mucho las cosas relacionadas con el espacio exterior.

Seguí pedaleando un poco más, y mi sonrisa se borró al ver una camioneta negra acercarse hacia mí.

Sentí que significaba una sola cosa: peligro.

The Black Phone [Billy & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora