14_Extraño en muchos sentidos

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...

—Aquí les traje el hielo –apareció en la puerta con dos bolsas pequeñas de tela en la mano–. Emmm, ¿les gustaron las galletas?
Asentimos —Sí..., gracias.
—Me... me alegro entonces –suspiró–. Ya... ya debo irme –sin decir ni hacer nada más, se volteó y salió.
Rápidamente agarré las bolsas y le di una a mi novia —Cada vez entiendo menos a ese tipo –hice una mueca al sentir el frío entrar en contacto con los moretones de mi piel.
—No eres el único... Agh –soltó un quejido y cerró los ojos.

Con mi mano libre tomé su mentón y acerqué su rostro más hacia mí, para luego darle un beso. Dejé la bolsa de hielo al costado y con mis dos manos agarré sus mejillas para profundizar el beso.

Después de una larga sesión de cariño, ella apoyó su cabeza en mi brazo y nos quedamos en silencio mirando al techo y escuchando nuestras respiraciones.

Todavía seguíamos adoloridos como para intentar huir por la ventana.

{T/n}

Fruncí el ceño cuando sentí que Billy no estaba conmigo.

Abrí los ojos y definitivamente él ya no estaba ahí.

Me levanté de golpe y fui al baño.

La desesperación se apoderó de mí al no verlo.

Comencé a gritar su nombre hasta que me quedé sin aire.

Retrocedí y me senté en el colchón. Revolví mi cabello y moví mi pie de arriba a abajo rápidamente.

Volví a pararme e intenté abrir la puerta.

Pero claro, estaba cerrada.

Entonces la golpeé y la golpeé y la golpeé.

—¡¡¡Abre la maldita puerta!!! ¡¡¡¿¿¿Dónde está Billy???!!! –grité a más no poder golpeando la puerta.

Seguí así por varios minutos que parecieron una eternidad.

Hasta que el sonido de unos pasos hicieron que me alejara.

La puerta se abrió y apareció el raptor sosteniendo una bandeja con un plato de sopa y una soda de limón.

—T-te traje algo de comida.
—¿Dónde está Billy?
—¿Billy?... Oh... Sí... Él... ya no está.
—¿Por qué? ¿Qué le hiciste?
Suspiró y dejó la bandeja en el suelo —Él... me hizo enojar... Yyyy entonces ya no lo verás.
—¡¿Por qué eres tan cruel?! ¡¿Por qué tenías que asesinarlo?! ¡¿Eh?! –lo miré enojada y dolida.
Se acercó más —No, no... No lo asesiné.
—¡¿Ah no?! ¡¿Y entonces quién lo hizo?! ¡¿Un fantasma?!
—¡No...! hables de fantasmas. Esas cosas no son reales –avanzó dos pasos más–. Mira, hi-... niña, tu amiguito se portó mal y no siguió las reglas. Fue un niño travieso y todo niño travieso merece un castigo. ¿No tuvieron suficiente anoche?
—¡Tú...! –intenté tranquilizarme– eres lo peor que puede existir.

Me miró con los ojos llorosos y siguió avanzando, hasta que yo choqué con una pared.

—Hi-... T/n, p-por f-favor... Ya sé que soy un monstruo despreciable, n-no me l-lo recuerdes.
—A-aléjate –dije mirándolo a los ojos a punto de llorar–. N-no t-te a-acerques.
Sus ojos se aguaron más y estiró la mano, pero parecía indeciso —Y-yo...

Sin darme cuenta, el raptor me envolvió en sus brazos.

Desesperadamente intenté separarme. Comencé a gritarle que me soltara y lo pateé. Pero nada funcionó.

—L-lo l-lamento t-tanto... –me soltó y se fue corriendo, pero sí se acordó de ponerle el seguro a la puerta.

Aún algo traumada, me acosté mirando hacia la pared donde estaba el teléfono, hecha una bolita. Abracé con fuerza a mis piernas y las lágrimas y el llanto no tardaron en llegar.

¿Qué fue lo que hice mal para acabar así? ¿Había hecho algo tan malo como para ser secuestrada por un asesino lunático?

¿Por qué mierda ese imbécil nos había elegido a Billy y a mí para secuestrarnos?

¿Por qué tuvo que asesinar a mi Billy? ¿Por qué el destino fue tan cruel y nos castigó de esa forma?

¿Por qué simplemente no me moría de una vez?

Dejé de lado todas esas preguntas que me exprimían el cerebro e intenté dormir.

Pero los recuerdos junto a Billy aparecieron.

—T/n, tienes visitas –dijo mi papá abriendo la puerta de mi habitación.
—¿Visitad? –estornudé y me limpié la nariz por enésima vez.
Asintió —Billy está aquí.
Abrí los ojos —¿En sedio? –volví a estornudar–, no puede vedme en edte estado –con las sábanas me tapé hasta la cabeza, estaba horrible como para que él me viera.
—Ay, estos niños de ahora –suspiró y se fue, para enseguida regresar con mi enamorado–. Puedes pasar, Billy.
—Gracias señor Nyras.
Escuché el ruido de la puerta cerrándose, o sea que mi papá nos había dejado solos –Siédtate en donde gudted –estos estornudos eran como una pesadilla.
—Cielos, Finney me dijo que estabas enferma, pero no creí que estuvieras tan mal. Oye, ¿puedo ver tu rostro?
—No, edtoy hodible –me soné la nariz.
—T/n, no importa si estás enferma, para mí siempre serás hermosa.
Asomé mi cara y sonreí —Diod, eso fue hedmoso –lo observé con detalle y noté que sus manos estaban detrás de su espalda–. ¿Qué tiened –estornudé– ahí?
—Oh –extendió sus manos y ahí pude ver una hermosa rosa blanca–. Cuando venía caminando, vi esta flor y me recordó a ti.
—¿A mí?
—Sip... Se ve tan hermosa y pura... como tú –me la entregó y la tomé delicadamente–. Espero que te guste... No soy tan bueno dando regalos.
—Diod mío, Billy... No impodta si me regalad una roca, si viene de ti, ed mád que un tesodo.
Mostró una hermosa sonrisa —Te quiero mucho.
—Yo tambied te quiedo mucho.

Y ese mismo día mejoré gracias a él.

—Tengo dos entradas para el cine y me gustaría que vengas conmigo luego de la escuela –detuve mi andar al escuchar la irritante voz de Dakota River. ¿A quién quería conquistar ahora?
—Lo siento, Dakota –¿esa era la voz de Billy?–. Pero hoy saldré con T/n.
—Agh, ¿siempre la usarás como excusa? “Lo siento, saldré con T/n”; “no puedo, iré a la casa de ella para estudiar”.
—Pues es mi novia.

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Hola jdhdkdhkssj todo en orden?

Gracias por votar y comentar che, me alegra ver que les va gustando este fic. Son unos capos, gracias posta.

Ahora, quería aclararles que en el primer recuerdo de T/n, escribí “mal” para hacer como que estaba con la nariz tapada y vieron que a veces no se entiende mucho cuando tenés un resfrío (aclaro por si no se entendió muy bien o eso).

Y nada, era eso nomás jsjsja

Byeeee

The Black Phone [Billy & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora