CAPÍTULO V

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POV ALEC:

Llevaba más de dos semanas sin salir de casa, solo lo hacía para traer comida a su apartamento e ir al trabajo, pues iniciaría su cuarto año de universidad en menos de un mes, asi que no tenía necesidad de salir todos los días y podía centrarse en estudiar. Cualquiera diría que estudiar en plenas vacaciones era una pérdida de tiempo, pero para él no, debía aprenderse todo lo que darían en las clases antes de tiempo, para saber todo a la perfección y destacar en las clases, así ella estaría orgullosa.

Esa noche, en específico, se sentía solitario y aburrido, así que, olvidando quien era, decidió visitar una de esas carreras ilegales de las que tanto había oído hablar por algunos universitarios cuando estaba en Londres. Fue con su auto para poder competir y definitivamente ganar, lo cual hizo una y otra vez hasta que casi fueron las 2am y había ganado 4 carros de diferentes marcas, que luego vendería para pagar la universidad, dinero fácil. Lo que continuó de la noche, lo pasó mirando a las personas a su alrededor, analizándolas y determinando si eran o no un peligro para él, cuando supo que no, se sentó en la parte delantera de su auto y comenzó a beber de una botella que había traído con tal de no gastar dinero. Siguió mirando a las personas, distinguiendo su personalidad por sus gestos, ropa y expresiones, como una máquina de reconocimientos faciales, o así lo había comparado una amiga, que había tenido hace mucho, la cual no volvió a ver jamás después de ese día.

De entre los múltiples rostros que aparecían en su visión, uno destacó, no mostraba ninguna emoción y lo miraba fijamente como si lo conociera, intentó recordar si la había visto en algún lado mientras la recorría con la mirada, hasta que fue llamado por la presentadora, desde casi el otro lado de la pista, y tuvo que levantarse y acudir a su llamado, que no era para más que para felicitarlo, o así creyó él, que no se fijó en su sonrisa insinuante y se alejó tranquilamente con la mente puesta en el suceso anterior, como si la imagen de la joven se repitiera en su cabeza una y otra vez. Regresó a su auto rápidamente y trató de encontrarla con la mirada de nuevo, fallando y solo encontrando un asiento vacío en donde antes ella se encontraba.

Se marchó minutos después, cansado de estar rodeado de personas y de escuchar la música rebotando en las paredes de su cerebro y mareándolo, como si el alcohol le estuviera haciendo efecto. Antes de irse había vendido los otros cuatro autos y ahora regresaba a casa con dos bolsas llenas de dinero y un reloj que, según su conocimiento sobre marcas, era súper caro.

Al llegar a su apartamento se agachó bajo su cama y sacó su caja fuerte para guardar los billetes que había ganado y, al abrirla, observó una foto tomada cuando la conoció, hace casi 10 años. Guardó la caja en el mismo lugar, cambiando la contraseña como cada día, por si a alguien se le ocurría espiarlo o intentar robarle. Se tiró en el sillón que tenía en su cuarto para, luego, prender su televisor y comenzar a ver alguna serie que encontrara en netflix.
Pasaron varias horas en las que estuvo en la misma posición, sin moverse y comiendo papas fritas cuando un mensaje de un número desconocido llegó a su teléfono.

<Tienes trabajo>

Luego de leerlo se levantó y se cambió la ropa por una sudadera y un pantalón negro para luego salir de casa. Para una persona normal que lo llamaran a trabajar en la madrugada era raro, pero para él, y cualquier persona que trabajara en lo que él, sería normal ser llamado en cualquier momento para trabajar, pues, sin contar con las dificultades del trabajo, le pagaban demasiado bien, y él tampoco podía negarse si ella se lo pedía, después de todo le debía la vida.

Mientras caminaba por las oscuras calles que rodeaban su hogar, en dirección al lugar donde se reuiniría con el segundo al mando del negocio para recibir la mercancía, recordó a la chica que había visto antes, pero, pensando que no la volvería a ver nunca más, sacudió la cabeza bruscamente para olvidarla y centrarse en su trabajo, tenía que hacerlo bien por ella. Siempre por ella.

Tan dulce como la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora