Proverbios 17:17

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"El amigo ama en todo momento,

el hermano nace para ayudar en la desgracia"

Proverbios 17:17

Bel puso los brazos flexionados sobre el borde de la mesa y su barbilla encima de estos

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Bel puso los brazos flexionados sobre el borde de la mesa y su barbilla encima de estos. Le pesaban los párpados y el dolor en el pecho le cedió el paso a una sensación más adormecida, pero igual de molesta.

—No te duermas —pidió Jordi, dándole una leve sacudida.

—No estoy durmiendo —contestó Bel, con los ojos cerrados.

Estaban de vuelta en la mesa redonda de Ira. Lucifer le había dado su asiento a Reese, Leviatán y Van Hai hablaban en susurros, Rommel continuaba tomando notas y Hammón con su expresión de cansancio absoluto.

La diferencia con la vez anterior era que Azazel cantaba desafinado en hebreo desde alguna parte del pasillo contiguo, atade a una columna, y el mesías Job estaba de pie junto a Rommel con una expresión incómoda.

Al notarlo, Hammón agitó una mano para crear una pared improvisada entre la sala en que estaban y el corredor de Azazel. Recibió el agradecimiento del resto en forma de gestos y miradas.

—¿Es su actitud normal o está realmente afectade por los tres mil años encerrade? —indagó Van Hai.

Bel movió la cabeza en un gesto que no era afirmativo ni negativo.

—Siempre ha tenido momentos más erráticos y más tranquilos. Ahora parece que entró en modo errátique indefinido.

—Bueno...tres mil años encerrade suena a mucho —mencionó Reese, con suavidad—, nadie podría soportar eso. Ni siquiera un ser divino o un demonio, ¿cierto?

—Es difícil —admitió Lucifer.

—No justifica salir para liberar a una bestia divina que sabes que puede acabar con todo —repuso Hammón, negando—. ¿Dónde está ahora? Bel- ¡Belfegor!

Bel ahogó un quejido. Apoyó un codo en la mesa y puso su barbilla sobre la palma de su mano. Aún no abría los ojos.

—Le avisé a Rafael que teníamos a Azazel y me hizo el favor de crear una barrera divina alrededor de donde dejé a Uno. Sólo él se puede acercar mientras esté puesta y el Padre quiere que nos reunamos para hablar de por qué su hije rebelde y una bestia milenaria andan por ahí destruyendo un ecosistema...

—Supongo que pensarán en dónde ponerlo entonces —indicó Hammón.

Bel se encogió de hombros.

—Si quiere resolver su desastre, sí. Yo no la creé. Pero conociéndolo...

Y la mayoría en esa sala lo conocía bien.

Pereza (Pecados #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora