"Él fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca. Como un cordero, fue llevado al matadero; y como una oveja que enmudece delante de sus esquiladores, tampoco él abrió su boca"
Isaías 53:7
Hammón tenía tal expresión de cansancio e irritación que Bel no se habría sorprendido de que se levantase y le diese un golpe en la cabeza. Si no lo hacía elle, Rommel parecía bastante dispuesto.
—Así que hay que hacer un ritual divino-demoníaco porque pueden aparecer bestias divinas fuera de control de la nada y me trajiste un dulce de arequipe para que no suene tan malo —Al decirlo, señaló la envoltura en su mesa.
—Es de mis favoritos —le indicó Bel con respecto al dulce.
Hammón apretó los párpados durante un segundo y tomó una profunda bocanada de aire. Después hizo aparecer el Libro de los Secretos y lo puso sobre la mesa entre elles con un fuerte golpe. Bel fingió que no sabía que lo que realmente quería golpear con el libro era a él.
Elle lo ignoró por completo mientras pasaba una página tras otra. Llegó a una sección diferente, empezó a fruncir el ceño y luego siguió pasando las páginas hasta otra sección, donde deslizó el índice sobre el antiguo papel, buscando el trozo de información que necesitaba.
—Muéstrame de nuevo las marcas —pidió, en tono desinteresado.
Bel echó un vistazo a Rommel, que no tenía la menor intención de abandonar su lugar detrás de Hammón. Se puso de pie y levantó la camiseta hasta el inicio del torso. Los tres seis de color negro estaban en el lado izquierdo de su torso.
Hammón lo examinó durante un momento y siguió revisando el libro.
—Es la marca de la Bestia...—murmuró—. Templarios, sangre...ah, este debe ser. Son tres bestias y cada número puede guardar una parte de los recuerdos que quieras olvidar. Muy teatral elegir los seis.
—Necesitaba algo que fuese obvio —alegó Bel, que suponía que fue en lo que pensó cuando se lo hizo— para reconocer lo que estaba ahí cuando lo fuese a usar.
Hammón rodó los ojos.
—No parece tan complicado, pero será extremadamente desagradable para ti —Entonces sí que volvió a fijarse en él. No en los números, en Bel, en su rostro— y no creo que sea una buena idea alterarte así. Mira lo que pasó con Reese cuando llegó por algo que ponía en peligro su mente...
—Reese es humano.
—Con mayor razón debes tener cuidado. No quiero a un serafín fuera de control —Hammón meneó la cabeza y pasó más páginas—. Yo diría que...sí, esto parece bien. Extraeremos los recuerdos fuera de tu cuerpo a un nuevo recipiente. Podrás verlos de forma más objetiva así y asimilarlo también será más sencillo. Rommel, necesitaré unos recipientes de recuerdos de Lujuria y algo del oro de Avaricia...
ESTÁS LEYENDO
Pereza (Pecados #5)
FantastiqueLas bestias milenarias deambulan por la Tierra. O más bien, Bel tiene una nueva oportunidad para arreglar lo que pasó hace miles de años (aunque le dé pereza).