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Un par de horas después ambos salieron del hospital y se encontraban en el parqueo del mismo, mientras se dirigían al coche de Bakugo.

—Hey... Yo conozco este auto, le dibuje una carita... 

Kirishima entendió que debía callarse en cuanto vio el rostro serio del cenizo, quizá para él fue un recuerdo divertido o sólo una travesura, pero a Katsuki no le causó nada de gracia. No le gustaba que se metan con sus cosas, mucho menos con su auto.

—Tsk. No quiero recordar eso —dijo serio el dueño del vehículo.

—Lo lamento...

—Ya pasó —Bakugo se frotó la sien— me hiciste pasar un mal rato, pero Shinso ya lavó el auto. Sube.

Katsuki presionó el botón de las llaves del auto e inmediatamente este indicó que estaba abierto. 

—Hoy no vendrá Shinso, así que yo conduciré

—Señor... debí decirle esto antes... —comentó Kirishima algo apenado— no estoy acostumbrado a ir en carros.

—¡¿Y por qué lo mencionas ahora?!

—Es que no me preguntó... 

Bakugo se limitó suspirar pesadamente, mientras se repetía a sí mismo. ≪no lo mates, no lo mates, sólo se quedará contigo un par de días≫

—Bien, sube al auto. Irás con la ventana abierta, no creo que te mueras por eso —lo retó.

—Emm... Bueno... Espero que no, de lo contrario colapsaré en su coche.

Katsuki sacudió levemente la cabeza al imaginarse la escena y sintió un leve cosquilleo incomodo por su espalda.

Luego de unos minutos sin ninguna novedad o problema por el vehículo, Kiri descubrió que podría estar dentro de un coche siempre y cuando la ventana esté abierta. El resto del camino a la casa del cenizo ambos estuvieron en completo silencio. Aún no tenían nada de qué hablar, ningún tema, ninguna cosa en común o por lo menos la curiosidad por conocer al otro.

Al llegar, dejaron el vehículo en el parqueo del edificio y después de un pequeño berrinche de ambos, terminaron subiendo por las escaleras hasta el décimo piso, donde se encontraba el Pent-house de Bakugo.

—Idiota...—reclamó jadeando Katsuki— no puedo... no puedo creer que todos los días subas tantas escaleras.

 —Luego de un tiempo te acostumbras, pero... ¿Por qué decidió acompañarme si usted podía haber subido en el elevador?

—Número uno. Yo decido por donde subir a mi casa. Número dos. A ti que te importa y Número tres. no iba a arriesgarme a que te desmayaras en las escaleras mientras yo subía en el elevador. No quiero volver a ese hospital.

—Okeey... Entonces está bien, supongo.

Después de varios pisos más hacia arriba por fin llegaron al hogar de Bakugo. Kiri estaba algo nervioso, por eso ¿Cómo sería ese lugar? ¿Las paredes serían completamente blancas, como en las películas donde el protagonista es millonario? ¿Tendría una de esas aspiradoras automáticas? ¿Tendría mayordomos que lo atendieran a cualquier momento del día? A él no le haría mal un mayordomo personal.

Katsuki introdujo el código de la casa y la puerta se abrió inmediatamente.

—Antes que ingreses, debes saber algunas cosas —¡Sí! de seguro le diría sobre los mayordomos y las aspiradoras robot— Debes dejar tus zapatos en una bolsa al ingresar.

—¿Qué?

—Que dejes tus zapatos en una bolsa, al ingresar. Habrá bolsas en la entrada. Y luego debes esperarme mientras te traigo ropa esterilizada.

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⏰ Última actualización: Sep 04, 2022 ⏰

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Con agua y jabón |KiriBaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora