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Claustrofobia:

Es la manera de clasificar el miedo a los espacios cerrados. Se trata de un trastorno de ansiedad y se diagnostica como ansiedad de tipo fóbico.

Las personas que padecen claustrofobia presentan un miedo intenso e incontrolable a los lugares cerrados de los que creen que no van a poder salir fácilmente.

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Para él siempre fue sencillo haber vivido sin sus padres desde los 16. Quizá no tenía todo el dinero del mundo, o no pudo terminar la secundaria. Pero nunca se había quejado de su forma de vivir, él simplemente ya se había acostumbrado y le era muy cómodo mantenerse de esa forma.

Sin embargo, hubo algo que salió completamente de su rutina aquel día que se quedó encerrado en el baño de uno de sus primeros empleos. Él nunca había sentido algo así: su garganta se cerraba, su respiración se aceleraba, comenzó a sudar sin ninguna razón, el pánico y el miedo comenzaron a apoderarse de todo su ser. Pero no entendía el porqué ¿Qué era realmente lo que le causaba ese terror? ¿Qué eran todos esos sentimientos de asfixia y pánico?

Fue una completa fortuna que su compañero Kaminari se encomtrara lo suficientemente cerca para oír los gritos de auxilio e inmediatamente correr hacía él. Según Kaminari, ese día lo encontró totalmente pálido y a punto de perder el conocimiento. Pero Kirishima no lo recordaba así, bueno en realidad él no recordaba mucho... Lo último que recuerda es el haber despertado en ese hospital a lado de su compañero de trabajo y su gerente, ambos muy preocupados por su estado de salud.

Fue entonces que le diagnosticaron claustrofobia, y desde ese día fue de psicólogo en psicólogo, para lograr curar aquello, ya que estaba convencido que todo eso era por algo que tenía dentro de su mente o bueno al menos eso quería creer. Eijiro se negaba completamente ir a un psiquiatra, ya que no quería describirse como alguien "loco". Pero tras varias insistencias de su último psicólogo, finalmente llegó con el doctor Izuku Midoriya, uno de los mejores en este tipo de casos -o bueno eso oyó de algunas personas-.

Todas sus sesiones eran por la mañana, ya que a partir de medio día el trabajaba en un restaurante de comida rápida, como encargado de la caja registradora y a veces también le tocaba hacer de mesero. Y por las noches tenía el turno nocturno en una estación de servicio. Sé lo que están pensando y él también lo llegó a pensar en un momento ¿Dejar la secundaria para ser un empleado de por vida? Era lo que le quedaba, desde sus 16 no tuvo a nadie que pudiera cuidar de él por lo que sólo le quedaba sobrevivir y para ello debía trabajar.

Todas las mañanas mientras que en algún lugar un muchacho contaba los segundos al cepillarse los dientes. Kirishima estaba en un profundo sueño ya que seguramente había llegado hace poco de la estación de servicio. No tenía un horario preciso para esa siesta, sólo sabía que en cuanto el sol comenzaba a entrar por la ventana y le incomodaba al dormir debía ir a su cita con el psiquiatra. Vestía la mejor ropa que encontraba -o la que tenía menos olor-, tomaba una manzana y trataba de arreglarse un poco el pelo. Para finalmente salir de su departamento e ir con su doctor.

Pero ese día fue diferente, su cita no fue como siempre a las 11:00 de la mañana, ese día tuvo que ir al cementerio a visitar a sus padres, ya que era el aniversario de su muerte. Pidió permiso del trabajo y cambió su cita con el doctor a las 17:30.

Una vez en el cementerio frente a la lápida de los señores Kirishima, el pelirrojo se desahogo, les dijo cuánto los extrañaba, cuánto los necesitaba...

Su vida independiente parecía siempre ir perfecta, pero no era realmente así. Todos los días extrañaba a las personas que le daban los Buenos días, extrañaba la comida calientita que preparaba su madre cada noche, incluso extrañaba cuando su padre lo regañaba por no tener limpia su habitación.

Con agua y jabón |KiriBaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora