Diana tiene muchas deudas que pagar, es el único sustento de su familia por lo cual siempre debe mantenerse en movimiento. Una oportunidad llega a ella cuando el asistente de un reconocido pintor a nivel nacional le ofrece casarse con Kim TaeHyung p...
Ver a TaeHyung pintando era relajante de cierta manera, al menos para Diana, lo miraba con atención observando cómo tomaba el pincel, como aplicaba la pintura al lienzo y cómo éste tomaba forma. Tae no acostumbraba a tener a nadie mirando fijamente lo que hacía, pero que fuera Diana esa persona...le gustó.
— ¿Quieres pintar algo? —ofreció.
—No, estoy bien.
—Puedes pintar con lo que hay en la mesa. Hay lienzos de diferentes tamaños.
—Insisto, estoy bien. ¿Puedo preguntarte algo? —ladeó su cabeza— ¿Cómo descubriste que la pintura era tu pasión?
—Sólo pasó—dejó el pincel a un lado. Diana se encontraba sentada junto a la mesa, no le molestaba estar allí viéndolo hacer su arte, le parecía interesante— ¿Cuál es tu pasión, HyeJin? —se acercó a la mesa teniendo sus dedos con algo de pintura, algunas venas se notaban en sus brazos, aunque se escondían en ocasiones otras veces aparecían—No me digas que no tienes una.
—No la tengo.
—Todos tienen un pasatiempo.
—He probado muchas cosas en mis veinticuatro años, mi mayor pasatiempo es trabajar—el chico rodó los ojos—Así somos los pobres.
—No te llames así.
—Es la triste realidad.
El chico tomó un pincel al azar, era delgado en la parte de madera y en la brocha mediano. Se acercó a los lienzos de diferentes tamaños escogiendo uno pequeño, lo colocó en la mesa frente a Diana entregándole el pincel. Colocó varios tipos de pintura alrededor para que tuviera que escoger a su gusto, en un envase de cristal se encontraban otros tipos de pinceles.
— ¿Qué pasa por tu mente ahora? —antes de que dijera algo se apresuró a agregar—Nada referente al trabajo.
— ¿Por qué parece que odias trabajar?
—Esto es mi trabajo.
—Te molesta que mi mente siempre esté en trabajar.
—No me molesta, pero si me preocupa—ella lo miró—Pinta algo.
—Ya está entonces—señaló—Mi mente en este momento está en blanco.
—Estás colocando excusas.
—Me preguntaste que pensaba en este momento...
—Cambiaste tu respuesta porque no puedes pensar en el trabajo en este momento—Diana suspiró— ¿Siempre te gustó trabajar tanto?
—Lo detesto y me gusta al mismo tiempo. En el mundo real no siempre lo que haces es de tu agrado, ¿Entiendes? —dejó el pincel sobre el lienzo—Pero lo haces porque genera un ingreso en tu vida que te permite seguir adelante.
TaeHyung podía entenderla, nunca había pasado por un momento difícil, bueno, su enfermedad, pero...no había tenido una vida difícil como la suya.
—Toma este año como algo de vacaciones.
— ¿Qué?
—Por un año no debes preocuparte de las cosas del mundo real, yo me ocuparé de tu madre y tu hermano como dice el contrato—apoyó sus brazos de la mesa—Legalmente eres mi esposa, te atenderé como lo mereces por todo el año.
—No creo que eso sea posible.
— ¿Por qué?
—El contrato dice que no es necesario lo físico si sabes a que me refiero.
—No me refiero a hacer lo que las parejas hacen—sonrió avergonzado—No pretendo incomodarte...
—Intentaré aceptar esas vacaciones, aunque dudo que alguien se case durante ellas—bromeó un poco sonriendo también—Todavía tengo el dinero en el banco, esperaré unos días para hacerle un depósito a mamá.
—Es tu dinero, puedes hacer lo que quieras.
Ambas miradas brillaron un poco. Tae sintió la necesidad de colocar un mechón oscuro detrás de su oreja, pero no lo hizo, se reprimió. El momento fue interrumpido con los teléfonos de ambos.
▪︎▪︎▪︎
—Intentaré investigar lo que pueda, ¿Necesita algo más, señor? —se escuchó la voz de JungKook del otro lado del teléfono.
—Por el momento no—miró hacia la puerta. Al parecer Diana seguía abajo.
—Está bien, me pondré con eso—colgó. JungKook había llamado luego de que el chico le pidiera hacerlo, estaba dudando si HyeJin era realmente la HyeJin que había estado buscando, JungKook le había asegurado que el investigador privado no se equivocaría, pero quería asegurarse.
— ¿HyeJin? —llamó saliendo del estudio bajando las escaleras. Diana conversaba por teléfono en la sala, estaba sentada en el sofá jugando con el cojín.
— ¿Pero qué está imaginando esa mentecita traviesa? —la escuchó reír entre palabras—No hicimos nada, esto es sólo negocios.
El chico sintió curiosidad cruzándose de brazos.
—Claro que no—Diana hizo un pequeño puchero—Gracias por ir a casa.
—No me agradezcas, ustedes también son mi familia.
— ¿Mamá estaba feliz?
— ¿Cuando hablaba de ti?, siempre está orgullosa.
— ¿Quieres escuchar algo loco? —fue bajando el tono de voz—Cuando caminaba al altar pensé en cómo sería mi boda real.
—Para empezar, debes buscar un hombre real.
— ¿Acaso Kim TaeHyung no es un hombre real?
—Ya, pero no es de tu estatus.
—Sigues lastimándome.
—Lo siento, pero sabes que es cierto. Dijiste que esto es un convenio, ¿Por qué no arreglamos algunas citas a ciegas?
Diana chasqueó la lengua. De todas maneras, las relaciones no eran algo importante en su vida en ese momento.
—No puedo y tampoco quiero hacerlo.
—Pero...
—Por un año seré la señora Kim, no puedo romper las reglas.
— ¿Y si te enamoras de él? —apenas preguntó eso, Diana sintió que alguien la miraba, al voltear palideció. TaeHyung había estado escuchando— ¿Diana?
Y la había pillado rompiendo una de las reglas del contrato.
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