𝔼𝕡𝕚́𝕝𝕠𝕘𝕠

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Epílogo

Diana siempre había rechazado entrevistas a los periodistas que trataran sobre ella, pero había estado pensando y no sentía que debía ocultarse. ¿Qué tiene de malo ser la esposa de Kim TaeHyung?, ¿Qué tiene de malo venir de una familia humilde?, ¿Qué tiene de malo ser la futura madre de tres bebés que cada día crecen más en su vientre?, la noticia de los trillizos fue bien recibida por su madre, la señora Im se había alegrado mucho por ambos felicitándolos y por supuesto, sorprendida de ser próximamente abuela de tres pequeños. BaekJin también había felicitado a su hermana queriendo conocer pronto a sus tres sobrinos, por otro lado, por parte de la familia Kim (específicamente de sus suegros) la noticia les llegó por un mensaje de texto de parte de TaeHyung, un mensaje que no tuvo respuesta.

HaeSook había pedido ser la madrina de esos trillizos emocionándose por su amiga, la había acompañado a comprar algunas cosas para la nueva habitación que habían comenzado a preparar hace unos meses. A la fecha, Diana tenía cinco meses, se sentía extrañamente hermosa a pesar de tener un vientre abultado, para todos era una imagen tierna considerando la dulce persona que de por sí era. Esa tarde había accedido a dar una entrevista para una cadena de televisión que se mantuvo insistiendo en querer conocer mejor a la esposa del pintor V.

La entrevista debía ser lo más natural posible, el jardín serviría de fondo, la joven madre tenía una falda cómoda que llegaba por debajo de sus rodillas totalmente blanca y una blusa rosada fresca para la ocasión. Al estar sentada en aquella sábana sobre el césped a modo de picnic sus pies se mantenían cubiertos por calcetines blancos. Su cabello que había crecido más en esos meses iba recogido en una coleta dejando un flequillo parejo sobre sus cejas.

TaeHyung llegó justo a tiempo vistiendo casi a juego con ella en cuanto a colores se trataba. La mujer que los entrevistaría tenía sus preguntas preparadas, dio inicio a la entrevista con un camarógrafo que se ocupaba de tener una buena toma para mostrar, Tae se sentía nervioso, mostrar a Hye le ponía nervioso, aunque ella parecía estar manejándolo bien.

—Todos quieren saber cómo inició exactamente la relación entre ambos, ¿Nos pueden contar un poco?

TaeHyung iba a responder y Diana se adelantó más que segura. Estaba muy confiada ese día, según la doctora le había dicho, algunas madres pueden sentirse de lo peor durante el embarazo mientras que otras sienten que pueden luchar contra el mundo entero, todo entraba en lo normal. Diana estaba más que sana al igual que esos bebés, eso era lo importante.

—TaeHyung y yo nos conocemos desde niños, fue en el hospital. Estaba allí por el nacimiento de mi hermano menor y...

—Yo estaba allí por el tratamiento que recibía en ese entonces—añadió. Él también se notaba más sano, su enfermedad de nuevo estaba controlada permitiéndole pasar todo momento con su esposa y futura madre de sus hijos.

—Sus seguidores quieren saber cómo sigue su leucemia, pintor V.

—Estoy bien, estoy mejorando cada vez más—Diana tomó su mano dándole un suave apretón—Ahora que puedo estar con mi esposa hemos pensado viajar antes de que llegue el día del parto.

— ¿Han pensado en algún lugar en específico?

—París. Íbamos a ir antes de que Tae iniciara su tratamiento hace meses, pero con todo lo sucedido decidimos acomodar las cosas por aquí antes de irnos.

— ¿Sólo se irían en un viaje de pareja?

—La madre de HyeJin junto a su hermano nos acompañarán.

—También dos amigos más—JungKook que veía la entrevista desde detrás de las cámaras sonrió un poco— ¡Oh!, cierto, tu primo vendría.

— ¿Qué? —Tae la miró— ¿SungMin irá?

—Claro que sí. Dijo que quería encargarse de que disfrutara este viaje.

—Hablemos un poco del bebé.

—Los bebés—corrigió Tae—Serán trillizos—la reacción de la periodista los hizo reír.

—Felicitaciones.

—La noticia se sabía en la familia, esperábamos el momento adecuado—Diana sonrió más que contenta—Pero...nadie sabía el género de los bebés hasta ahora—sus ojos brillaron de emoción al revelarlo—En la última cita con la doctora hace una semana nos enteremos que serán dos niños y una niña.

▪︎▪︎▪︎

La entrevista había culminado con éxito, las preguntas no se centraron en el hecho de no venir de una familia adinerada sino en los futuros proyectos de ambos como pareja, como esposos y futuros padres, en resumen, Diana se sintió cómoda. La castaña sonrió un poco cuando el asistente Jeon se acercó a ella en la sala.

—Felicitaciones por la gran noticia, señorita Kim.

—Gracias. ¿Realmente irás con nosotros a París?

—Intenté negarme, pero recibí la advertencia de ser despedido—bromeó.

—No te preocupes, yo calmo a la bestia.

Ambos rieron por el comentario. Tae se unió a ambos luego de despedir a la periodista con su equipo.

—La entrevista se publicará esta noche—miró la hora en el reloj de su muñeca—Deberías descansar un poco antes del almuerzo—tomó su mano para luego mirar a JungKook—Necesito que confirmes todos los pasajes para París, que todo esté en orden ya que en dos semanas nos iremos.

—Sí, señor—con una reverencia se despidió de ambos antes de retirarse. Diana se dejó guiar por su esposo hacia la habitación de ambos, aquella donde ella durmió sería para los bebés.

—No me siento cansada.

—Los bebés pueden sentirse cansados.

—Los bebés están bien, aunque desean saber que comeremos hoy—Tae sonrió divertido acomodando la almohada permitiendo que tomara asiento con su espalda recostada de ésta—Últimamente mis ganas de comer Gimbap aumentan el doble o el triple.

—El Gimbap estará sin falta.

— ¿Crees que la entrevista estuvo bien?

—Casi no hablé, te apoderaste de la cámara—besó su mano—Te veías muy feliz.

—Me siento feliz—sonrió abrazando el cuello de su esposo con sus brazos—Somos felices contigo—dio un corto beso a sus labios.

—Yo soy feliz con los cuatro—besó sus labios de nuevo. Diana lo invitó a acercarse queriendo jugar un poco, Tae entendió el mensaje con una sonrisita picarona—No creo que los bebés deban escuchar lo que hacen sus padres.

—Entonces no hagamos mucho ruido—deslizó sus manos a los botones de su camisa.

—Hye—se separó un poco mirando sus ojos—Te amo.

—Y yo a ti—sonrió con un leve sonrojo—Aunque espero que sigas pensando eso cuando haya tres pequeñas versiones de ambos corriendo por allí.

—Te amaré el triple entonces—la abrazó escuchando su risa. Nadie decía que la vida sería color de rosa siempre, pero por el momento se conformaría con lo que tenía.

Y era más valioso que el dinero.

Y era más valioso que el dinero

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Interés Mutuo • KTH (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora