8.-Burla

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Las brujas no fuimos "bendecidas" con poder hacer esa clase de magia, pero fuimos creadas para conocer y sanar, ayudar y gobernar... pero la codicia pudo más, nuestra empatía fue

Nuestra...

Gran...

Debilidad...~
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Zander una vez más actuó extraño al llegar a su casa, era como si su mente estuviera confundida y mezclara el pasad0 con el presente. después de cenar se recostó, no sin antes tocar la portada del libro de las brujas el cual permanecía sellado.
Al día siguiente se vistió y caminó, aun era temprano para ir a la escuela pero el ya estaba por el rumbo que lo llevaba a ella. En una de las calles de la ciudad se desvió lo cual llamó mi atención; Wonder no era una ciudad pequeña pero tampoco gigantesca por lo que no había mucho lugar a donde un joven de 15 años pudiese ir, cuando llegó a su destino me sentí una idiota pues claramente todos sin importar quienes seamos tenemos necesidades. Continuando con el relato, Zander llegó a un mercado semanal, uno donde los humanos compraban mercancía barata y de calidad media. El chico simplemente miraba los puestos con seriedad, con la mirada juzgaba en cual de estos le convenía comprar hasta que se acerco a uno de los mas cercanos.

— Buenos días — saludó con amabilidad llamando la atención del comerciante

—Buenos días joven, ¿qué va a llevar? — pregunto el mayor que lo miraba esperando su respuesta

— Me gustaría comprar un kilo de jitomate, dos cebollas, cuatro limones, 10 monedas de chile verde y un kilo de huevo por favor — contestó mientras señalaba los artículos

— Claro que sí, déjeme los embolso y le hago la cuenta — rápidamente hizo lo que el de ojos verdes le pidió para recibir su pago — Vuelva pronto

Zander tenia economía pero a juzgar de su casa y lo que había comprado no era lo bastante alta, no sabia si trabajaba en algún empleo humano o si tenía algún tesoro encontrado algo por el estilo pero de cualquier cosa su cuerpo humano le daba ventaja en ello aunque su aspecto joven no mucho. Tal vez podría conseguir un trabajo pero seria complicado al no tener aquella "mayoría de edad" que los humanos mencionan demasiado.

Cuando Zander termino su compra camino a varios puestos comprando comida en ellos, parecía que todo iba bien hasta que la gente a su al rededor comenzó a abuchear a alguien cercano al chico.

— ¿Qué sucede? — preguntó Zander a una mujer a su lado

— Las novias de los demonios están en el mercado — contestó molesta la mujer

— ¿Quienes? — Zander se veía inocente al preguntar aquello

— Las brujas, esas mujeres malditas vienen al mercado a comprar materiales para sus rituales malignos. Cada una de ellas invaden nuestros territorios como si fuesen importantes pero son peligrosas, no entiendo como el gobernador Cazares no hace algo para desterrarlas de Wonder — contestó aterrorizada la mujer mientras a lo lejos tres mujeres caminaban por el mercado recibiendo insultos y fruta lanzada.

Es triste recordar que aquello incluso yo de niña tuve que vivirlo aunque bueno, ninguna bruja se salvo del rechazo y la burla de la gente, sus actos groseros era algo que en las brujas era normal que lo hicieran, molesto pero común. Al igual que varios niños y adolescentes, Zander se quedo observando con lastima a las mujeres pero claro, como todos los que ya mencione sin hacer nada al respecto.

Regresó a su casa con bolsas llenas de "mandado" colocándolo en cajones de su cocina, después de ello suspiro tomando un sartén y haciendo su almuerzo, se vistió cuando termino de comerlo para ir directo a la boca del lobo, una prición aburrida donde estaba mas vigilado que cualquier prisionero humano con mentalidad psicópata. Cuando llegó; lo cual fue unos minutos antes que comenzara la clase, se adentró a la biblioteca buscando a la única persona que le hablaba con tranquilidad y de maneras impulsiva.

— No mi cielo, esta en la área restringida de la biblioteca y con mucha pena tengo que negarte la entrada — contestó la anciana

— No se preocupe, lo entiendo. ¿Sabrá si va a tardar? — preguntó Zander con desesperación

— Al menos en lo que comienzan las clases. Te sugiero que no lo esperes y vayas a tu aula o tomes un libro para aprovechar el tiempo, el no saldrá hasta que comience su primera clase y por lo que sé tu tienes una a la misma hora al igual que todos los estudiantes — la mujer comentaba pensativa y tranquila

— ¡Oh! De acuerdo, muchas gracias. Si lo alcanza a ver ¿Puede decirle que... Zander lo estaba buscando?

— Claro que sí jovencito — con una sonrisa se despidió

Zander parecía muy apegado al chico pero no puedo culparlo era su único amigo. Aun así se fue a su aula, esperó la hora de clases y se mantuvo en ella hasta que su profesor se presentó en el aula. Este se sorprendió con la presencia del menor y decidió saludarlo con felicidad.

— ¡Hola Zander! — su rostro mantenía una sonrisa en su rostro — ¿Cómo estas? — preguntó alegre

— Hola profesor, me encuentro bien gracias por preguntar — saludó amablemente tratando de no ser muy expresivo

En ese momento Zander aprovechó la ausencia de sus compañeros para consultar a su profesor preguntando sobre las pruebas elementales, el poder de la creación y la historia de su "padre"... Carlos Albertus Ojert.

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