En muchas de las situaciones que pudieron ocurrir, el poder de la creación se tuvo que...
Redescubrir...~
Así...~
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.Zander estaba agotado, los hechizos no eran complicados pero se necesitaba bastante energía para ellos. La poca experiencia de Zander con su magia le hizo cansarse de inmediato por lo que se apoyo en la pared para tranquilizarse.
— Puedo con esto — susurro para si mismo para ponerse de pie nuevamente — me siento bastante agotado, quizá lo mejor sea dormir, espero que mañana sea un mejor dia — se recostó y cayó de inmediato en un profundo sueño
Mientras él dormía yo observaba con atención lo sucedido. Dos de cuatro elementos ya se hicieron presentes, el fuego y el agua eran los más difíciles de controlar según lo que yo había leído pero aunque tuvo un problema con el fuego Zander supo solucionarlo con calma, me daba miedo de lo que era capaz de hacer pero esta visión era la única manera de saber lo que realmente sucedió.
A la mañana siguiente todo ocurrió con normalidad. Zander despertó y camino de inmediato al mercado para comprar algunas cosas de comer. En mi opinión también era extraño el hecho de como tenia sustento para sobrevivir sino parecía trabajar en algún empleo pero supongo que eso pronto se me revelaría mas tarde. Las brujas nuevamente se hicieron presentes ese día y como era costumbre fueron despreciadas causando lastima en el pelinaranja.
Cuando terminó sus compras volvió a su hogar dejando todo en la mesa del comedor. Suspiró para encaminarse nuevamente a su habitación. Las cenizas oscuras del mueble le producían una mirada esperanzada al de ojos verdosos la cual me causaba escalofríos. Cuando dejo de observar aquel sitio optó por recoger el peculiar libro que guardaba
— ¿Cómo podría abrirlo? — se preguntó observándolo con detenidad aquella portada oscura que mantenía un candado mágico ─ tendré que averiguarlo ─ tomó su mochila para meter aquella reliquia y volver a la cocina preparando su almuerzo y colocando las compras en el lugar donde correspondían
Parecía ser que saldría pero no precisamente a la escuela. Cuando terminó procedió a colocar su almuerzo dentro de la mochila para después salir.
Caminó por la calle desolada hasta llegar al centro de Wonder. Ahí yacía un parque abierto para la comunidad. También en el se encontraba una estatua que llamó la atención de Zander una vez llegó.
"En memoria del primer portador y guardián de la creación, nuestro mas antiguo héroe. Roberto Ojert"
La descripción de aquella escultura otorgó confianza en Zander. Su postura demostraba fortaleza y firmeza ante las adversidades que se le presentaban pero aun tenía dos ases bajo la manga; cuatro escritos de los elementos básicos de "la creación" y un libro místico de mi aquelarre, aunque su personalidad no parecía ser agresiva la verdad es que él ya era peligroso con aquellas dos ventajas.
Después de admirar la estatua se dispuso a seguir adentrándose en aquel lugar. Los arboles eran altos y con ramas bastantes largas, el pasto al igual que las hojas de estos eran de un color verde luminoso y maravilloso a la vista de un amante de la naturaleza. Además de ello, el lugar se mantenía limpio, las flores crecían al rededor de cada tronco dando una vista espectacular, mientras varios anies, brujas y humanos convivían en el lugar aunque claramente cada uno con su especie excluyendo a los demás. Al igual que para muchos a mi me parecía un centro de convivencia bastante amplió donde no muchas personas asistían y siempre había espacio para alguien más por lo que con Zander no fue la excepción ya que rápidamente hallo donde estar sin molestar ni ser molestado.
─ Bien, ¿qué mas tenemos en estos escritos? ─ preguntó para sí mismo observando las hojas amarillenta-das ─ ¿El elemento tierra? "Es el elemento que se caracteriza por su fuerte conexión con la paciencia y la paz, elemento constituido por la flora y fauna del planeta..." veamos los hechizos ─ bajo su mirada leyendo aquellos títulos de poder ─ Resortilenia, ramas de atadura, espinas letales ¿qué clase de hechizos son estos?
─ Son algunos de los nombres de mis plantas y flores favoritas ─ una segunda voz se incorporó a la conversación ─ pero también son útiles en una batalla y perteneciente a los anies de tierra ─ se trataba de aquel castaño que le había llevado aquella información anteriormente en clase
─ Yo te conozco ─ intentó recordar de quien se trataba debido a que el chico tenia su cabello más risado que la anterior vez. Su piel morena estaba expuesta debido a la ropa ligera que llevaba, un short corto azul cielo junto a una playera deportiva verde pasto ─ Eres el chico que me trajo los documentos ¿no es así? ─ dijo dudando de su memoria
─ Ese mismo soy yo, un gusto Zander ─ dijo con una risita dulce, su voz era calmada y amable junto a su personalidad. Extendio su mano hacía nuestro protagonista siendo sujetada por este ─ mi nombre es Fredderick por cierto, estoy en la clase floral
─ Ahora entiendo el por qué conoces de esta magia, aunque debí suponerlo ─ contestó al observar las extremidades del chico
─ Es agradable conocer a alguien que no se fija primeramente en ese detalle de los anies. Aunque para ser uno tienes la apariencia de un humano ─ dijo curioso el de ojos marrones ─ a excepción de tu distintivo cabello
─ Gracias, es natural de hecho ─ comentó apenado
─ Lo se, claramente con los nuevos "estilos de cabello" los anies y humanos no reconocen de manera rápida a algún portador de magia por lo que me lleva a preguntar ¿que clase de magia tienes tú? porque para estar en la clase de magia inferior es curioso que pidieras información de los elementales ─ la mirada imponente del pequeño sorprendía a Zander pero este no se dejaría atemorizar por él
─ Ah decir verdad no estoy completamente seguro, pero gracias a mis apellidos me doy una idea de quien o que soy
─ ¿Y se puede saber cuál es? si no es indiscreción
Zander sonrió amablemente y tras meditarlo unos segundos contestó ─ Zander Salas... Ojert
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ANY
Teen FictionAntes del colapso su vida era infeliz, él fue quien lo salvo pero como todo... solo fue momentáneo. Su dolor y enojo lo orillo a ser el villano pero la culpa lo persiguió pues al final de cuentas solamente era un mestizo destinado al fracaso