52.- el chico del que me enamore

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Liam Dunbar

Stiles era una persona cambiante, alguien que podías decir conocer pero en realidad no conocías, lo poco que llegabas a percibir era suficiente para saber que valía la pena.

Él podía tener las manos llenas de sangre y aún así no sería la suficiente para que lograra alejarme.

Ahora sabía que no importaba si no lo conocía del todo o lo que dijeran de él, solo importaba que el confiaba en mí, al menos lo necesario para contarme todo lo mierda de su vida sin mentir.

— ¿Seguro que no quieres que vallamos a dónde Masón?

Negué ante su pregunta para luego voltear a verlo.

— Gracias... ¿Te veré mañana?

Esto era estúpido y apostaba que el pensaba lo mismo.

— Si, supongo que estarás ocupado todo el día, igual yo tengo que hablar con papá y... Hasta mañana bombita.

Me acerque lentamente a su rostro, no me atrevía a ser yo quien lo besara.

Él se acercó y aunque fue solo un roce, pude sentir la electricidad extraña recorrer mi cuerpo.

Baje del Jeep y espere a qué se fuera para poder entrar.

Tenía muchas cosas que arreglar y lo principal era poner en claro mis sentimientos.

1.- Stiles había matado a personas inocentes por una posesión demoniaca.
2.- El zorro malo probablemente vuelva, o ya esté aquí.
3.- Stiles y Theo solo eran amigos que tuvieron sexo una sola vez.
4.- Con Hayden solo era más sexo que amor, un escape.
5.- Todos cometían errores y aunque no podíamos cambiarlos o volver en el tiempo para no cometerlos, servían para aprender.

Solté un grito con todas mis fuerzas contra la almohada, poner en orden las cosas era tan complicado.

— Lo amas, no debe de ser complicado –me digo a si mismo apoyando el peso en los codos, el café de la cabecera era lo único frente a mi ahora y tenía tantas ganas de golpear algo.

— ¡Liam!

Gire la cabeza para ver hacia la puerta con desconcierto, mi madre por lo usual ya debería estar en el trabajo y no aquí gritándome.

Me levanté y rápido me encamine a la planta baja, la cocina olía a galletas recién horneadas y mamá junto a David estaban acomodandolas sobre una canasta.

— ¿Que pasa? –cuestione desconfiado ya que esto era tan inusual y raro.

— Llegaron nuevos vecinos, les tenemos que dar la bienvenida, tienen un hijo de tu edad y pensaba que sería bueno que le muestres el pueblo.

Asentí dudoso puesto que era aún más raro que esto sucediera.

— Me daré una ducha.

Atiné a decir antes de salir corriendo, me saque la camisa y el pantalón intenté sacarmelo pero fue un error no quitarme los zapatos antes.

— ¡Lindos boxers!

Me sobresalte provocando que cayera, las carcajadas de sea quien haya gritado no se hizo esperar, el enojo creció en mi interior, me levanté y encamine a la ventana.

— ¡¿Que crees que haces?! –cuestione al chico que estaba en la ventana de la casa vecina, supongo, el imbécil al que debía de dar el tour.

— ¡Nada!, ¡¿Y tú?!

Sonreí con malicia.

— ¡Nada¡, ¡Solo me preparo para mostrarle el pueblo a un idiota!

El chico frunció el ceño.

— ¡Pues que mal!, ¡De seguro el tipo debe ser un grano en el culo como para que no te agrade!, ¡Supongo que te están obligando a salir con él!, ¡Es un acuerdo de tus padres!, ¡¿Son de aquellos que se quedaron en la época en que ellos eligen a la pareja?!

Le asentí con una sonrisa, el tipo si qué hablaba mucho.

— ¡Suerte en tu cita de mierda!, ¡Has sufrir al imbécil!, ¡Quien quite y te cancele el compromiso!

Le asentí, si que era un idiota.

(...)

Ya estaba listo y aunque mi madre me mataba con la mirada no me importo, me había tardado mucho y tal vez exagere en tardarme de más para ver si sé arrepentían de hacer está tontería pero no.

— Recuerda ser amable, el chico necesitará un amigo.

Le asentí a mamá para luego ver a David que me sonreía con lastima, el tampoco quería hacer esto, tampoco era su estilo.

Salimos de casa y nos encaminamos a la casa de al lado, el timbre sono en cuanto mamá dejo de presionar el pequeño botón y casi un minuto después la puerta estaba siendo abierta por el mismo idiota que ví hacia casi una hora por la ventana.

— Hola cariño, sean bienvenidos al vecindario, ¿Están tus padres?

Mamá le entrego la canasta y aprovechando que el chico se hizo a un lado, paso como si esa fuera su casa.

— Lo lamento, a veces Mónica es algo impulsiva –le dijo David al chico que solo asintió dándole también el pase puesto que sus padres ya estaban siendo abrazados y besados por mi madre.


— ¿Listo para nuestra cita? –le pregunté con burla causando que los colores de le subieran y el olor a vergüenza lo inundaran.


— Olvida todo lo que dije –dijo en pánico por lo cual mi sonrisa se amplio.


— ¿Por qué?, Será lindo hacerte sufrir.

El nego para luego ver de reojo a sus padres que simplemente le sonrieron.

— Si me permites, antes de irnos me gustaría saludar a tus padres.

Pase y cuando me presenté y se presentaron les pedí permiso para dar una vuelta con su hijo para que conozca el lugar.

— Vamos, será un lindo día para mí y uno tormentoso para ti, justo como lo querías –le susurré pasando junto a él.


— Yo y mi bocota.

Rei por lo bajo intentando controlar mi buen humor, ¿Quien diría que joder a otros era placentero y despejaba la mente?

— A todo esto, ¿Cómo te llamas? –cuestionó colocandose a mi lado.


— Liam, ¿Y tú?

Lo mire de reojo al preguntar.

— Carl y prefiero que no seas un imbécil y me trates bonito...

Era extraño que eso sonara tierno y su aire de niño delicado no ayudaba mucho junto a su castaño cabello largo y ondulado.

— Lo haré, si, pero...

Continuará...

05-01-23

Confía En Mi || StiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora