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Dicen que el duelo tiene 5 etapas.









No entendía que había pasado, aquel hombre salió de la nada con ese pasamontañas sobre su rostro, los gritos de su madre no llegaban a sus oídos, no supo cuando fue puesto tras la espalda de su padre, el sólo veía con terror el cañón del arma que estaba frente a su padre, el encapuchado no dijo nada sólo jalo el gatillo.
El agarre fuerte en su brazo se soltó y los cuerpos de sus padres calleron al suelo en un golpe sordo, el se tumbó sobre sus rodillas para mover con cuidado el brazo de su madre, pero cuando quiso voltear a su padre aquel líquido caliente llamo su atención, un extraño sonido se produjo en su oído, quería gritar pero sólo pudo aferrarse a la mano de su padre que temblaba en el suelo.

No supo cuanto tiempo estuvo arrodillado en el suelo buscando el calor de ambos adultos, no se percató de la gente a su alrededor tomando fotos y gritando por la policía, el sólo quería que se levantarán para regresar a la enorme mansión donde los esperaba aquel joven mayordomo con el que solía jugar mientras sus padres estaban fuera.

- ¡despejen el área!- un par de policías empezaban a despejar el camino para poder revisar el área y como si el fuera parte de la escena nadie le ofreció consuelo, ni ofreció una mano para ayudarlo, sólo lo veían con lastima mientras empezaban a retirarse.

- vamos chico.- un oficial se detuvo a su lado para poner un abrigo sobre sus hombros para taparlo de la suave lluvia.- todo va a estar bien, no es el fin del mundo.-  pero el sólo era un niño, el no quería saber de razones o hechos, sólo necesitaba una cosa y esos hombres poniendo cintas amarillas por todos lados no le darían eso.- ¿sabes de alguien que pueda venir por ti? - su mirada vacía le dio un escalofrío al oficial, pero cuando uno de sus superiores le ordenó sacarlo de ahí fue jalado hasta una patrulla que permanecía abierta.

- son los Díaz.- murmuró uno de los oficiales al detective que se encargaría de llevar el caso.- son el pilar económico de la cuidad, la gente se volverá loca cuando la noticia salga a la luz.- los murmullos pasaron de oficial en oficial, mirando con lástima al niño que aún no reaccionaba en aquella patrulla.

- hijo, alguien ya vino por ti.- un oficial le dio unas palmadas en el hombro para sacarlo de su trance, más no respondió, solo lo siguió en silencio asta donde un preocupado mayordomo lo esperaba en el coche de su padre.

- amo Bruno.- el mayordomo suspiro aliviado al no ver heridas en el niño, no pudo evitar cargarlo como cuando era un bebé, no sabía que pasaría de ahora en adelante pero no permitiría que nada le pasara, aria lo que fuera por el menor y ya sabía por dónde comenzar.- gracias oficial.- el chiquillo se aferro a su guardián soltando lágrimas silenciosas, quería ir a su casa, refugiarse en la enorme cama King de sus padres y no salir de ahí.

La Mafia Wayne: Secretos de Familia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora