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Nada, no tenía absolutamente nada, atraparlo a ese estúpido no servía de nada, era solo otra pieza del tablero de otro gran estúpido, tenía unos meses que el escualo regreso a su mansión, trato de ocultar las malas noticias detrás de unos cuantos ...

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Nada, no tenía absolutamente nada, atraparlo a ese estúpido no servía de nada, era solo otra pieza del tablero de otro gran estúpido, tenía unos meses que el escualo regreso a su mansión, trato de ocultar las malas noticias detrás de unos cuantos regalos que trajo de las costas que visitó tratando de ver si alguien los había ayudado, aunque debía de admitir que eran lindos recuerdos de muchas costas eso no quitaba su mal humor.

- vamos chico.- El escualo mostró uno de los grandes peces que le trajo al mayor para que hiciera su magia culinaria.- mira el lado bueno, tu amigo no estaba nadando con los peces.- dio un gran bocado al pez, el cual ante el golpe de gran cocodrilo se atraganto con el, el caimán había estado acompañando en sus últimas escapadas al menor, ese chico estaba realmente loco y agradecía a la deidad divina que lo puso en su bando.

- tienes una boca muy grande escualo.- se sentó en aquel borde donde el río de agua iniciaba, el chico era talentoso sin duda, había hecho de una cueva húmeda una guarida, donde guardaba sus frustraciones y miedos.- está bien chico, aún existe la esperanza de que tu amigo esté bien.-  el sonido de una cadena chireante los hizo saber de la llegada de la llegada del mayordomo, quien venía con una charola con té.

- joven amo, sus maestros preguntan por su ausencia en la empresa.- el mayor dejo la charola en aquel escritorio que ahora era el área de comida del chico.- no puede descuidar así su legado.- algo zumbo dentro de él, lo sentía en su sangre, tal vez debía tomar más en serio la empreza de su padre.- aparte, tengo algo que tal vez puede interesarle.- una carpeta fue dejada frente a él era un legajo negro, se acerco a él curioso sentía que las manos le picaban de la ansiedad, lo abrió lento, era como si esa sola carpeta pudiera revelar todas sus dudas, todas y cada una de ellas.

- es...- miro al mayordomo pero este tenía su exprecion neutral de siempre, sabía que el mayor no estaba de acuerdo con seguir escarbando la herida ¿pero esto? ¿Qué clase de broma cruel era?- ¿un almacén? - El mayordomo le dio una pequeña sonrisa, mirando de reojo aquel papel, así que siguió analizando, era un almacén pequeño, no servía para guardar materiales, tampoco autos, aparte estaba algo viejo por la estructura, no tenía un nombre, solo decía "Almacenes Q." Era un diseño sencillo y cuadrado.

- creí que el amo Diaz era más rápido con los enigmas.- el mayordomo puso una escritura frente a él, eran copias de él dueño, el padre de Oliver.

- ¿porque sería raro algo así? Padre también tenía uno de esos, en ese lugar guarda las cosas de la abuela.- la casa de aquella mujer quedó como una de sus muchas herencias, aunque el mayordomo sugirió que se movieran las pertenecías de la dama a un lugar seguro.

- aún le falta algo de experiencia joven amo.- El mayor saco cada hoja y la acomodo por orden una a lado de la otra, eran fotos del almacén, escrituras, una lista con números y nombres, un acta de una sociedad anónima, etc.- El de su padre es un almacén privado, no es algo abierto a todo el público, la del señor Queen por otro lado.- le dio la lista, donde por más pequeño qué fuera el almacén, tenía un montón de números donde se podían guardar cosas.- parece no tener espacio, sin embargo tiene lugar disponible.- miro  por un momento lo que tenia enfrente, cuando el cajón a su derecha se abrió por culpa de un golpe de los mutantes, que estaban peleando en el suelo.

La Mafia Wayne: Secretos de Familia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora