La Casa.

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—     Vas a tener que compensarme. Llegaste dos veces y yo una. — Oliver miró sus ojos serio, pero luego sonrío robándole un beso y apoyó la cabeza en su hombro rodeándolo por debajo con los brazos.

Franz lo escuchó golpeándole el hombro avergonzado, pero aceptó su abrazo volviendo a subir sus manos a su cuello. La calidez de sus cuerpos no le parecía molesta con Oliver, la necesitaba sobre todo después de aquel evento que cambió su vida. Le acarició el cabello suspirando satisfecho.

—     No puedes culparme, eres el único que pudo sacar mis orgasmos hasta ahora. Gracias a ti los conocí así que hazte cargo.. — bromeó besando su oreja, se acurrucó, acurrucándolo con él, quería cuidarlo y mostrarle el cariño que pudiese nacerle sin ataduras. Besó su frente pensativo mientras miraba un oso de peluche viejo, apoyado en un mueble más allá de la cama — desde niño deseo poder salir de este barrio, vivir solo sin el viejo ese… pero ahora cada vez que imagino que por fin puedo irme.. — acaricio su cabello tranquilo, hablándole con los ojos cerrados —  me lo imagino viviendo contigo.. Lejos de todo esto.. Oliver, quiero que vivamos juntos. — le confesó. Sabía que podía no gustarle la idea, pero también sabía que no había riesgos de perderlo por ese hecho.

Oliver asintió con la cabeza.

—     Luego de terminar el colegio haremos lo que quieras. — Oliver vivia prácticamente como si estuviese solo. Trabajaba para comprar sus cosas pues su madre cobraba alguna pensión de viuda, pero nunca había visto demasiados aportes en la casa de parte de ella.  Tenía algunos ahorros con los que podrían Empezar y aún les quedaba terminar ese año escolar. Podría ahorrar un poco más. —quedate a dormir. — el cuerpo de Oliver aún no se recuperaba del todo y el sexo con Franz lo había agotado al punto de dormirse sobre él.

Franz lo vio dormir algo preocupado por su salud mientras acariciaba su mejilla y su cabello. Su respuesta lo había dejado tranquilo.

Se levantó dejándolo dormir y se apoyó en la ventana viendo por primera vez con atención cómo se veía su habitación en frente. Imaginó todas las veces que Oliver le miró desde ahí y ahora Franz podía ponerse en sus zapatos. Suspiró pensativo pero no le dio muchas vueltas a su culpa y se volvió a acostar en su cama, escuchándolo quejarse con capricho entre sueños. Sonrió apretándolo de nervios y cerró los ojos para dormirse de frente, bajo su mentón. Ya no habían paredes y ventanas que pudiesen separarlos.

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1 año después
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Oliver subió el ascensor cargado de bolsas. Le costó poner la contraseña de su departamento con tantas cosas en las manos. Entró dejando las bolsas en el piso.

El departamento aún distaba bastante de tener las comodidades de las que disfrutaban en casa de sus padres. Aún no habían podido comprar sofá ni televisor, y la mesa y sillas llegarían el día siguiente. Tenían un colchón kingsize, pero no la cama. Les faltaban algunos implementos en la cocina, pero poco a poco iba tomando forma. De vez en cuando su madre le enviaba, sábanas, cortinas, comida para la semana. Era diciembre y esa mañana Franz tenía un examen importante. Entre la mudanza y el estudio estaba estresado y silencioso y algo de malhumor.

Oliver había comprado un pino de navidad cuando Franz se fue y luego salió a comprar los adornos y Dulces. También había comprado un champagne que había escondido en el cuarto. Estaba seguro de que aprobaría el examen, y lo celebrarían luego mientras decoraban el árbol. Sabía que era dinero que probablemente deberían haber gastado en algo más útil pero era la primera vez que esas fechas le importaban, tenía con quién disfrutarlas.

Stalker Next Door (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora