4.

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—¿Ya te vas? —Eddie oyó tras de si.

—¡Chrissy! —dijo cuando volteó a verla. Para su sorpresa, esta le dio un abrazo.

—Fue raro no charlar contigo este último tiempo entre clases. Las prácticas se volvieron muy largas, y apenas teníamos descanso... —explicó la rubia dado que desde hacía casi un mes no tenía interacciones con Eddie más que saludarlo desde lejos.

—Debe haber sido duro, pero ¡hey! La presentación fue genial. —y le sonrió.

—¿Verdad que sí? —Chrissy dio un saltito de emoción.

—Y al final nos graduamos... —dijo Eddie más para si mismo observando las instalaciones de la escuela con cierta nostalgia.

—A veces creo que extrañaré venir. ¿Qué hay de ti? —quiso saber ella.

—Oh no lo sé, pero estoy seguro de que los maestros no me extrañarán a mí. —dijo con diversión.

—Bueno, en realidad, creo que no extrañarán a ninguno. —respondió ella en el mismo tono.

Ambos rieron. Ese momento se sentía tan surreal para Eddie.

—Oye, no me respondiste. —recordó la rubia—. ¿Ya te vas?

—Eh... Si y no. En realidad te estaba buscando para despedirme. —y ladeó su cabeza brindándole una pequeña sonrisa.

—¡Oh hablas como si no fuéramos a vernos nunca más! Seguro nos cruzaremos en el pueblo. —ella animó como siempre.

—Precisamente por eso quería despedirme. Mí banda recibió una propuesta y nos estamos yendo a otro estado. —le contó con emoción.

—¡¿De verdad?! —exclamó Chrissy—. ¡Me alegro tanto por ustedes! ¡Seguro les irá de maravilla!

—Gracias Chrissy, de verdad... Y, ¿tú qué harás? —quiso saber él.

—¿No oíste que hay una nueva entrenadora para las porristas?

Eddie asintió. En realidad no había oído nada, o tal vez sí y no lo recordaba porque no le interesaba mucho el tema, pero aún así asintió por la emoción que escuchó en la voz de la rubia.

—Pues, la estás viendo. —contó con alegría.

—¡Obviamente! ¿Quién mejor que tú? Te lo mereces, Chrissy. —felicitó él.

Ella sonrió y dirigió la conversación de nuevo al tema principal. —Antes de que te vayas vamos a tomarnos una foto, y ¡firma mí libro! ¿Si?

—Claro que si. —y se animó a abrazarla por los hombros.

Y así se hizo. Se tomaron la foto, Eddie firmó el libro de Chrissy, y ella firmó el de él. Tuvieron una charla como las que tenían entre clases y luego se despidieron.

—Fuiste un buen amigo este año, Eddie. —le dijo ella tomándolo de las manos. Se sentía nostálgica, y sus ojos se habían cristalizado un poco, quizás pensando en que le hubiera gustado haber compartido más tiempo con él. Aún así, le alegraba haberlo conocido. En poco tiempo llegó a tenerle un gran cariño, y lo recordaría así siempre. Esperaba que él la recordara igual. Y ya sabemos que por supuesto, Eddie lo haría.

—Tu igual, Chrissy. —y apretó ligeramente las manos de la chica tratando de ignorar el picor en sus ojos que pronto lo haría llorar.

—Estoy segura de que nos veremos de nuevo, ¡aunque debo decir que espero que no sea pronto! Deben ir a California y conquistar con su música. —las palabras de aliento que Chrissy le brindaba siempre removían algo en el interior de Eddie.

Él no pudo hacer más que abrazarla, ya que no sabía cómo poner lo que sentía en palabras, y de ese modo podía ocultar de ella sus ojos llorosos.

𝑸𝒖𝒊𝒎𝒊𝒄𝒂 ; EddissyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora