Twisted for love

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Vagamente, recuerdo los rostros de mi familia, si eran honorables o hipócritas cuando llegó su momento, me importa lo mismo que una mierda

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Vagamente, recuerdo los rostros de mi familia, si eran honorables o hipócritas cuando llegó su momento, me importa lo mismo que una mierda. Pero, sus palabras aún siguen removiéndome las entrañas. Quizá, bien dijeron ellos, yo sería el causante de su miserable vida como muerte. 

¿A quién se supone que quiero engañar con esta fachada de niño bueno? 

Oh, a todo el mundo. Pero más a él; a mi chico. Su opinión podía causarme problemas, su sola cercanía podía volverme débil. ¡Y lo sé! Oh, ese chico siempre debía estar conmigo, y estará conmigo. 

Sin embargo, mi familia se imponía a nuestro amor. Le hicieron daño, me hicieron daño y, por eso, pagaron uno por uno. ¿Acaso pensaron que por ser mi familia les dejaría pasar tal acto? ¡No, no, no! ¡Tocaron a mi ángel, lo molieron de palabras horribles y causaron su horrible muerte!

¿Qué mejor venganza que matarlos a ellos de la misma forma? 

Mi madre, esa dulce mujer —tan hipócrita que daba asco—, fue la primera. Recuerdo que mi madre me dijo: "no te metas en problemas".

No le hice caso, no. ¡Pero debían entender que yo no me metía en problemas, eran ellos los problemas, solamente ellos! 

Y se dio cuenta tarde del monstruo que había construido de a poco; primero empezó con el menos precio por mi orientación sexual. Luego, con los insultos, y culminó cuando me mató a mi chico, Hyun, a delicadas, pero maliciosas palabras.

Sonreí con locura y poco timpo después de acabar con su miserable vida a base de palabras como lo había hecho ella, lloré hasta no dar más. Siendo a los ojos de los demás, un pobre chico al que su mejor amigo —según la gente— se había suicidado y su madre quién hizo lo mismo por estrés.  

A los meses padre se acercó a mi lado, gentilmente me habló, para después tirarme de la borda diciendo que todo esto era mi culpa. Que por ser estúpidamente homosexual Dios me estaba castigando. 

Mi padre me dijo: "sé lo que eres sin temor". Maldito hipócrita. 

Su destino no fue distinto al de mi pobre madre. Lloré hasta no dar más, siendo a los ojos de los demás, un pobre chico al que su mejor amigo se había suicidado y sus padres asesinados, una cometió suicidio y el otro fue atropellado.  

A los meses mis hermanos se me acercaron con asco en sus miradas, palabras hirientes no faltaron. Dijeron que la culpa era mía por traer un chico a la familia, sonreí torpemente, decían las mismas palabras que mis padres, aun si yo les estaba manteniendo después de todo lo sucedido. Par de malagradecidos. 

Mis hermanos me dijeron: "nos importa un bledo tu asquerosa vida".  

Al fin se reunirán con mis padres; pensé cuando les clavé un cuchillo a cada uno, y lloré hasta no dar más. Siendo nuevamente a los ojos de los demás, un pobre chico al que su mejor amigo se había suicidado, su madre que cometió lo mismo que el chico y su padre asesinado junto a sus dos hermanos. 

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