Déjame ir

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Nunca comprendí el por qué de nuestra vida, me preguntaba por qué vivir, de qué servía sufrir todo lo que sufríamos si terminaríamos muertos, pensé muchas veces en acabar con mi vida, de hecho, lo intenté

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Nunca comprendí el por qué de nuestra vida, me preguntaba por qué vivir, de qué servía sufrir todo lo que sufríamos si terminaríamos muertos, pensé muchas veces en acabar con mi vida, de hecho, lo intenté. 

Sin embargo, cambié de parecer cuando conocí a quien se convirtió en mi pareja por poco tiempo. Tristemente, su familia no me aceptaba, no nos aceptaban por ser pecadores. Él dijo que no le importaba nada si estaba a mi lado, pero yo ya me había cansado de escuchar siempre lo mismo. 

Quise seguirle el ritmo, pues comprendía que una vez no estuviera a su lado, él se volvería loco. Siempre supe que era retorcido por naturaleza, no obstante, nunca me imaginé que tanto. 

Le amé como un loco, haría y daría lo que fuera por estar siempre a su lado, de verdad lo amaba. Pero su familia logró hacerme ver que solo era un capricho, tonto y pasajero, que en realidad a él le gustaban las mujeres y que yo terminaría en el olvido por corromperlo. 

Entonces yo, haciendo lo más sensato que se me ocurrió para olvidar todo el dolor que venía cargando desde hacía años, acabé con mi vida. Lejos de mi amado, lejos de su familia, lejos de todos, esperando que no me encontrarán jamás. Pero contrario a lo que pensé, todos se enteraron de un joven fallecido. 

Y ahí estaba yo, a pasos de mi cuerpo sin vida, viendo como la cara de mi pareja se contraía de rabia y dolor. Él gritó desgarrado, las personas le miraron con confusión, y por tal acto su familia dio a entender que yo había sido su mejor amigo.

Yo grité en respuesta que no era así, que yo era el dueño de su corazón, sin entender que ya no valía mi voz allí. Entonces comprendí el error que había cometido; mi muerte solo despertó al monstruo que Hyuk llevaba dentro. 

Fue cuatro meses después del incidente que mi amor dio indicios del acto que cometería por amor. Estuve presente en todo momento, vi como llevó lentamente a su madre, la mujer que le dio la vida, directamente hacia la muerte. Se contó como una muerte más a causa del estrés. 

Además de su hermana, quien tenía leves dudas, nadie pensó en que quizás había sido el mismo Hyuk quien la llevó a la muerte. 

A los meses de eso, su padre quiso buscar un culpable de todo lo que sucedía en su familia. Y claro está, como resultado, dio contra su hijo mayor. Le dijo cuantas palabras horribles, solamente para acabar "opinado" que podía ser como él quisiera. 

Sentí una enorme rabia por ello. Pero yo, un espectro que andaba de allí para acá, ¿qué podría hacer por su joven amor? 

Nada, fue la respuesta. Nada estaba a mi alcance. 

Lloré desgarradoramente y rogué porque me dejará ir, así no se haría más daño. Pese a ese pedido, él continuó con la misma idea de que su familia había tendió la culpa de todo, y eso era correcto, pero nunca hubiera deseado yo que acabase con todos de a poco. 

Después de la muerte de su padre, siguieron sus hermanos por el mismo camino. Los mató en pena alguna y lloró haciéndose el desentendido. 

Pedí a Dios que me dejase ir, que se olvidará de que una vez existí. No faltó mucho para que su hermana se diera cuenta de todo, y poniéndome como el malo de la historia, logró hacer que entrará en razón. Por muy poco que fue, él se había olvidado de mí. 

Sin embargo, me equivoqué. 

¡Cómo había sido tan iluso como para creer que Hyuk ya había cambiado! 

Estuve allí, lo vi matar a su querida hermana y no contento con eso, grabó en su piel que ella había tenido la culpa de todo. Nuevamente, le di la razón, y lo seguí hasta donde él iba. 

Cuando la policía lo descubrió y fue enviado al manicomio sentí tranquilidad, por fin me dejaría ir si era tratado. Pero me equivoqué una vez más. Él buscó similitudes de mí con su psiquiatra y las encontró, logró que el pobre chico se enamorará de él y una vez lo tuvo en la palma de su mano, dieron por sentado que Hyuk ya estaba recuperado. 

Lo mismo pensé yo, me dije que quizás él ya me había olvidado y que por fin sería libre. No fue así. Y, a casi un año de ser liberado, en su aniversario con el psiquiatra, Hyuk decidió que era hora de reunirse conmigo. 

Sería mentira si dijese que no quería verlo y sentirlo a mi lado, donde fuese que estuviéramos, pero, por el contrario, deseaba que fuera feliz con alguien más o solo,  únicamente que me dejara ir. 

Cuando la discusión hubo acabado con el aliento de mi chico, corrí a recibirlo. Él me vio y me abrazó con ansias. Yo le devolví el abrazo y un beso le di. Como lo había extrañado, lo necesitaba tanto. 

Ya juntos nos tomamos de la mano y emprendimos camino hacia el otro lado, mi felicidad no recayó cuando vi que sería recibido en el infierno por mis pecados, me sentí contento, pues incluso su horrible familia pagaría en este sitio. 

Y yo, yo viviría la eternidad con mi amor, quien hizo todo por mí y me amó más que nadie, aun si era retorcido, era retorcido por amor. 

—Sí, Hyuk; siempre estaremos juntos —dije yo en respuesta. 

Él me estrechó en sus brazos y dejó un beso en mi frente, un beso de amor. Con nuestra cercanía eterna, le rogué a Dios u al Diablo porque Hyuk nunca me dejase ir de sus brazos.

He aquí yo, con la perspectiva de Hyun

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He aquí yo, con la perspectiva de Hyun. Sería como la segunda parte de "Twisted for love".
Como siempre, si hay algún error díganme y alguna sugerencia para One-Shots.

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